Desde que en 1924 desaparecieron Lucía y Fernando del internado de San Patricio, los sucesos paranormales no han dado tregua a nadie que se atreva a entrar allí. ¿Tendréis vosotros el valor suficiente para descubrir la verdad?
Nombre de la empresa: The X-Door
Nombre de la sala: Los años oscuros
Número de jugadores: 2-6 personas (sin opción a combate)
Precio: 60-90€ en función del número de jugadores
Duración: 75 minutos
Tras nuestras andanzas en El Galeón en busca del elixir de la eterna juventud, decidimos viajar a Egipto para hacernos con un nuevo brebaje por si en un futuro el tiempo volvía a hacer de las suyas en nuestro cutis. Puesto que María ya realizó este viaje en busca de La Tumba Perdida unos meses atrás, no vamos a volver a entrar en detalles sobre esa sala. ¡Ya se encargó ella de contároslo todo todito todo! De lo que sí que queremos que seáis testigos es de lo que sucedió a la mañana siguiente...
¿Qué haríais si mientras estáis dándole vueltas a vuestra taza de leche con Nesquik, la cuchara sale volando y empieza a escribir sobre el mantel las palabras "Ayuda. San Patricio" con los restos de chocolate? ¿Relamer la mesa? Quizá. ¿Investigar? Por supuesto. Tras buscar en Internet aquel nombre, Google nos condujo hasta un antiguo internado en Valencia en el que habían estado pasando cosas muy chungas desde 1924. La policía había bautizado el caso como Los años oscuros, pero nunca hallaron la verdad de lo que sucedió allí dentro hacía tanto tiempo. ¡Equipo Escapaditos, tenemos una nueva misión con la que poner fin a nuestra ruta por poniente!
La reserva
Si vosotros también queréis investigar el caso, tendréis que entrar en la web de The X-Door y seleccionar el día y la hora que mejor os venga para poner a trabajar vuestras mentes. Además, podréis ver que el juego está disponible en modo normal o miedo, pero no será en este momento cuando tengáis que elegir cómo preferís jugarlo. En su lugar, tendréis que indicar un número de teléfono a través del cual se pondrán en contacto con vosotros horas antes de la partida para preguntaros de qué forma queréis vivir la experiencia. ¡Desde aquí os recomendamos que lo hagáis en modo terror!
Una vez hecho esto, solo tendréis que enviar vuestra solicitud y esperar para recibir el mail de confirmación. No será necesario abonar ninguna cantidad por el momento, pagaréis todo al mismo tiempo una vez terminéis vuestra misión.
Local, historia y objetivo
El local de The X-Door se encuentra en la zona Juan Llorens, un barrio muy tranquilo rodeado de bares tan emblemáticos como el bar Alhambra (famoso por sus tortillas de patata) o la Bodega Valero. En la web ya indican que, sobre todo entre semana, es bastante complicado aparcar por la zona, pero tendréis a vuestra disposición la estación de metro Ángel Guimera (Líneas 1, 3 y 5) a tan solo cinco minutos andando, así como diferentes líneas de autobuses que os dejarán prácticamente en la puerta.
Puesto que tan solo eran las diez de la mañana de un domingo, las calles estaban muy tranquilas. En pleno proceso de grabar un stories para Instagram, la puerta se abrió y Dani nos dio la bienvenida. Tras dejar nuestras cosas en las taquillas, nos sentamos en uno de los bancos (parecían aquellos donde solíamos esperar de pequeños a que el jefe del equipo de fútbol nos escogiera para su grupo) y escuchamos las normas básicas de la sala. De vez en cuando la vista se nos escapaba a algún punto de aquella recepción tan vanguardista (no sabíamos si mirar a las luces de neón, las pinturas de las paredes o los gatos construidos con fichas de Lego), pero cuando comenzó a contarnos la historia de aquel internado ninguna distracción fue suficiente para dejar de escuchar que en 1924, Lucía y Fernando, dos niños del internado de San Patricio, habían desaparecido sin dejar rastro. Nadie sabía qué había sucedido con ellos, pero desde entonces una serie de sucesos paranormales sobrecogían a todo aquel que se atrevía a poner un pie en el edificio en busca de la verdad. ¿Seríamos capaces de resolver el misterio?
Antes de ponernos manos a la obra, Dani nos sacó la fotografía de grupo. Sí, esa que normalmente se hace al final de la partida. Imaginaos dónde se nos pusieron los (piiiii) al pensar que nos estaba haciendo la foto por si no salimos los cinco con vida de allí. Pero no, había un explicación mucho más lógica para ello, lástima que no os lo podamos contar por aquí para no estropearos la sorpresa...
Ambientación y juegos
La sensación que tuvimos al entrar en el internado fue que se trataba de un edificio antiguo. Si tenemos en cuenta que nos encontrábamos a comienzos de los años 20, el efecto visual estaba bastante conseguido. Algo que tenían en común todas las estancias que fuimos visitando, era que no contaban con elementos decorativos de más, sino que prácticamente todo lo que íbamos encontrando formaba parte de un enigma. Gracias a ello, en ningún momento dudamos sobre qué debía usarse para resolver un juego y qué no, lo que garantizó que la partida fuese muy fluida. Lo que sí echamos en falta fue que, además de la atmósfera creada por la decoración y la información tan escalofriante que fuimos encontrando sobre lo sucedido en San Patricio, hubiesen hecho mayor uso de las luces y la música para crear situaciones todavía más impactantes. .
En Los años oscuros existe una buena combinación de mecanismos y candados, estando a veces claramente diferenciados según la zona en la que estéis. De este modo, habrá momentos en que tendréis que dedicaros cien por cien a encontrar de forma simultánea una serie de códigos para poder avanzar y situaciones en las que podréis disfrutar de un mayor dinamismo realizando pruebas un poco más tecnológicas. Nosotros vivimos un par de momentos en los que lo pasamos especialmente bien. Uno de ellos al comienzo del juego, cuando después de estar mirando un objeto en concreto sopesando las consecuencias que podría tener hacer lo que estábamos pensando, uno de los miembros del equipo tomó la iniciativa sin previo aviso provocando que el resto pusiésemos el grito en el cielo. Pensábamos que lo habíamos fastidiado y que ya no habría forma de reparar aquello. ¡Pero no, más allá del microinfarto que nos llevamos, dio resultado!
La otra parte de la experiencia que también nos gustó especialmente fue cuando nos dividimos para resolver las pruebas más nostálgicas. Sí, nostálgicas, no nos hemos equivocado. Recordad que estáis en un internado donde daban clase niños de unos diez años, por lo que no os extrañéis si a vosotros también os toca volver al colegio. Aunque las pruebas a las que nos referimos eran quizá las más sencillas de todas, son las que más disfrutamos tanto por su resolución como el entorno que nos rodeaba. ¡Por un momento pensamos que si fallábamos vendría la Sita Hortensia a darnos con la regla en la mano! En ese sentido, se puede decir que todos los enigmas estaban perfectamente integrados tanto en la historia como en las estancias del internado.
A todo ello, y como no podía ser de otra manera al haber elegido la opción terror, de vez en cuando recibíamos una inesperada visita para poner a prueba nuestros nervios. En este sentido esperábamos una mayor interacción con los jugadores, por lo que si esperáis pasar miedo de verdad quizá se os quede un poco corto. Nosotros le tenemos pavor incluso a la vaca que ríe y, más allá de algún que otro susto bien ejecutado, no tuvimos la sensación de estar petrificados por el miedo en ningún momento. Por supuesto, esto es algo relativo, y seguro que hay grupos que lo toleren menos y estén deseando terminar para salir de allí cuanto antes. Nuestra opinión es que, ya que es una opción que se puede elegir, deberían haber ido un poco más allá en este sentido. ¡Pero para gustos los colores!
En definitiva, se trata de una sala caracterizada por la fluidez y la lógica de las pruebas, donde además podréis repartiros el trabajo en más de una ocasión para lograr vuestro objetivo. Por esta razón, creemos que el número idóneo para jugar es de cuatro personas con poca experiencia o grupos de hasta dos y tres jugadores si tenéis alguna sala que otra a vuestras espaldas. Aún así, nos dijeron que la dificultad pueden ir modificándola sobre la marcha en función de cómo vean que va el grupo, por lo que todos tendréis una oportunidad de salir de allí o, en caso de aumentarla, enfrentaros a un reto mayor.
¿Lo conseguimos?
Pues a pesar de que hubo un ser extraño que se empeñó en lo contrario, conseguimos sacar a relucir la verdad de aquel internado en tiempo récord. A la salida estuvimos hablando con Dani y no pudimos evitar preguntarle cómo era posible que... bueno, mejor se lo preguntáis vosotros mismos, estamos seguros de que algo que sucede dentro de la sala no os pasará desapercibido y os quedaréis con cara de: ¿Pero por aquí no era por donde...? ¿Me estoy volviendo loco?
Nos gustaría hacer también una mención especial al trabajo del Game Master, pues llevar una sala como esta supone una carrera de fondo para cualquiera. No solo estaba pendiente de nosotros a lo largo de toda la partida, sino que también tenía que ir metiendo mano desde las sombras a ciertas partes del juego para que la experiencia siguiese su rumbo a medida que avanzábamos y, por si eso fuera poco, hacer sus entradas estelares con aquel atuendo tan a la moda. Modo ironía ON. ¡Dani, eres un crack!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La relación tan acertada entre los enigmas y las estancias del internado por las que iréis pasando; la evolución de la historia a lo largo de la partida, haciendo que el jugador vaya atando cabos con pequeños datos clave hasta desembocar en un final escalofriante; la sorpresa una vez que terminamos el juego, hasta el momento nunca nos había pasado algo así.
- A mejorar: Puesto que se trata de una elección libre del jugador, aumentaríamos el grado de terror para aquellos que quieran vivir una experiencia más extrema. Es cierto que con un solo Game Master llevando la sala es algo complicado, pero nos habría gustado un nivel más en este sentido; mejorar la inmersión previa a la entrada a la sala, recibir información sobre una historia como la que encierra el internado de San Patricio en una recepción iluminada y tan moderna hace que pierda verosimilitud.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
Calle Literato Gabriel Miró 25. 46001 Valencia
678 60 16 47
info@thexdoor.com
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