Burla las leyes espacio-temporales y viaja a la tumba de Cleopatra en el año 30 a.C. para evitar que sea descubierta y que el rumbo de la historia cambie irremediablemente.
Nombre de la empresa: Cronos
Nombre de la sala: La tumba perdida
Número de jugadores: 2-6 personas (sin opción a combate)
Precio: 40-84€ en función del número de jugadores
Duración: 60 minutos
La escapada veraniega de fin de semana a Valencia junto a Carlos (¡¡gracias por darnos alojamiento!!), Roxana y Paco (recién llegado de Japón para pasar unas semanas en Madrid) iba ya por su tercer año consecutivo y teníamos claro que queríamos aprovechar este viaje para hacer una nueva visita a los chicos de Cronos.
Nuestra primera experiencia en Cronos había sido el verano anterior jugando a su sala El Galeón, una sala de corte clásico y magníficamente ambientada que nos dejó sin palabras, por lo que íbamos con muchas ganas (y muchas expectativas) de jugar su otra sala: La tumba perdida. ¿Sería capaz de superar el viaje al antiguo Egipto la experiencia ya vivida a bordo de un barco del siglo XVI?
La reserva
Se hace a través de la página web, pudiendo elegir la dificultad del juego (fácil, normal o difícil) a la hora de hacer la reserva. Esta posibilidad nos parece una excelente idea, ya que en ocasiones hay grupos que no pueden disfrutar de una sala debido a que la dificultad es demasiado baja o demasiado alta. De esta manera, podemos estar seguros de que el juego se adaptará a los jugadores, sean cuales sean sus características.
En el momento de hacer la reserva no es necesario abonar ninguna señal; sin embargo, tened en cuenta que en el local sólo podréis pagar en efectivo. La página web no lo indica y a nosotros nos supuso un pequeño contratiempo ya que no llevábamos encima suficiente dinero. Tras un par de intentos fallidos en varios cajeros, por fin lo conseguimos... ¡Qué susto! ¡Ya nos imaginaba pagando nuestra deuda como prisioneros en la tumba de Cleopatra!
Local, historia y objetivo
El local se encuentra en el barrio del Ensanche de Valencia, a unos quince minutos andando del piso en el que nos alojábamos, por lo que decidimos ir hasta allí dando un paseo. Aunque a nosotros ya nos sonaba la zona del año anterior, no tendréis problema en encontrar el local, puesto que cuenta con un enorme cartel y el logo de la organización en la puerta.
Allí nos recibió el Game Master quien, tras darnos una cálida bienvenida, nos invitó a ponernos cómodos, nos preguntó por nuestra experiencia previa en juegos de escape y nos contó de manera clara las normas de la sala. Seguidamente, nos recordó la misión que, como agentes de la Corporación Cronos, nos esperaba aquel día: Se ha detectado una intrusión espacio-temporal en la tumba de Cleopatra en el año 30 a.C. y, para restablecer el orden natural de los hechos, será necesario que viajemos hasta allí. Es de vital importancia que encontremos el Elixir de la Vida que allí se esconde y que sellemos la antesala con explosivos para sepultar la entrada a la tumba y que nadie pueda descubrirla.
Sin embargo, aquí no acababa nuestra misión. Si hay algo que les gusta a los chicos de Cronos son los retos, y por ello sus salas cuentan con una misión principal y con una secundaria. En caso de conseguir terminar ambas misiones en menos de 45 minutos, podréis realizar un juego final y, si también lo superáis con éxito, os llevaréis como recompensa el contenido de un misterioso cofre que tienen en sus instalaciones. ¿Aceptáis este reto sólo apto para los más valientes?
Ambientación y juegos
La entrada a la sala se realiza con un antifaz y, aunque la primera sensación no fue tan intensa como al entrar el año anterior en El Galeón (nunca olvidaremos el olor a madera y la humedad en la piel que nos envolvió nada más poner un pie dentro de aquella sala), en el momento de destaparnos los ojos y mirar a nuestro alrededor descubrimos que nos habíamos teletransportado en cuestión de segundos al Antiguo Egipto. Las paredes, el suelo y el techo (¡ay Dios! ¡qué techo!) parecían sacados de una superproducción de Hollywood.
La primera parte de la sala cuenta con pocos elementos decorativos y su espacio es reducido, por lo que enseguida nos pusimos a buscar por todos los rincones algún elemento que nos permitiese acceder a la cámara funeraria y superar el evidente contratiempo con el que nos habíamos encontrado nada más entrar (pobre Carlos... ¡siempre se lleva la peor parte!). Fuimos bastante rápidos en esta parte del juego (en la que hubo un buen equilibrio entre juegos mentales y ejercicios físicos) y, aunque la sala no había hecho más que empezar, ya nos habíamos dado cuenta de lo importante que sería identificar todos los elementos que nos rodeaban. Cualquier rincón podía esconder un secreto y las asociaciones entre varios elementos no siempre serían evidentes.
Una vez accedimos a la cámara funeraria y descubrimos el mecanismo que los antiguos egipcios idearon para iluminar las salas, vimos que nos encontrábamos en una de esas estancias que tantas veces habíamos leído en libros o visto en películas. El sarcófago de Cleopatra era el gran protagonista, pero no se quedaba atrás la amplia colección de objetos personales y tesoros con los que la Reina de Egipto se entretendría en el más allá. Sin duda alguna, este era el momento de dividirnos y analizar todo lo que nos rodeaba... ¡qué no era poco! No sé si debido a que había muchos elementos presentes en la sala o a que ese día estábamos un poco desorganizados, tardamos bastante tiempo en elegir qué camino seguir, pero es que había tantas opciones que no era fácil: juegos mentales, cofres con candados en forma de animal (¡sí amigos, habéis leído bien!), textos que descifrar, juegos físicos de habilidad pura y dura (y mucha paciencia). ¡Había más variedad que en un mercadillo!
Finalmente, fuimos yendo y viniendo de un juego a otro, ayudándonos cuando alguno de nosotros lo necesitaba e intentando avanzar por separado cuando podíamos. Los nervios fueron creciendo poco a poco (lo de no tener tiempo dentro de la sala tampoco ayudaba en este aspecto). Personalmente, no recuerdo una sala en la que hayamos subido tanto el tono de voz al hablarnos los unos a los otros. La tensión era más que evidente. ¿Quién nos mandaría hacer la reserva en modo "difícil"? Menos mal que nuestro Game Master estaba velando por nosotros y por nuestra amistad y consiguió darnos los empujoncitos necesarios para que el juego fluyese.
¿Lo conseguimos?
La expresión "divide y vencerás" nunca fue más cierta... Nos repartimos de manera eficiente las tareas que quedaban en los últimos minutos y fuimos capaces de recuperar el Elixir de la Vida y sellar la cámara funeraria a falta de un minuto y medio.
¡Esperad! ¿No había una misión secundaria? En este caso consistía en recuperar el Libro de los Muertos, pero hasta Indiana Jones sufre alguna que otra baja en sus viajes... Lamentablemente, no pudimos dedicar ni un solo minuto a esta misión (ganas no nos faltaron) y el libro quedó sepultado para siempre en la cámara funeraria. ¿Os animáis a recuperarlo?
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La ambientación de la sala es magnífica, más aún teniendo en cuenta lo complicada que es la temática. Juegos perfectamente integrados con la sala, manteniendo un gran equilibrio entre los físicos y los mentales.
- A mejorar: Nos quedamos con la espinita clavada de no poder intentar la misión secundaria, ya que prometía unos cuantos juegos más bastante chulos. Creemos que sería necesario aumentar en algunos minutos el tiempo de la sala para dar la opción a jugar esta parte.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
Calle Sevilla 13. 46006 Valencia
960 062 671 / 676 856 314
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