Pon en marcha tus dotes de ladrón y cuélate en este singular museo de LEGO para hacerte con el lingote de oro antes de que vuelva el vigilante.
Nombre de la empresa: The Box
Nombre de la sala: The Museum Box
Número de jugadores: 2-7 personas (sin opción a combate)
Precio: 50-84€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 60 minutos
Aquel domingo no entraba en nuestros planes acabar en otra de esas habitaciones llenas de enigmas que tanto nos gustan. ¿Sabéis de lo que os hablo? No, claro, seguro que no (insertar ironía aquí). Sin embargo, dando un paseo por la Feria del Libro de Madrid, solo tuvimos que ser empujados un par de veces para llegar a la conclusión de que éramos demasiado jóvenes como para acabar como Mufasa. ¡¿Pero cuánta gente puede caber en El Retiro?!
Sea como fuere, ahí estaba Escape Radar para salvarnos la vida con el listado de salas disponibles para aquella tarde. Tras barajar varias posibilidades, y teniendo en cuenta que solamente seríamos dos personas, finalmente nos decantamos por The Museum Box, la sala más sencilla de The Box. ¡A robar se ha dicho!
La reserva
Se lleva a cabo a través de la página web, donde os recomendamos que echéis un vistazo a las ofertas que tienen activas para reservas entre semana o la posibilidad de jugar una segunda sala el mismo día con un 20% de descuento. Sin embargo, quedaba menos de una hora para el comienzo del juego, por lo que tuvimos que llamar por teléfono para entregar nuestros datos y asegurarnos de que tendríamos vía libre para colarnos en el museo sin ser vistos.
No fue necesario abonar ninguna cantidad inicial, por lo que tras confirmarnos que el hueco disponible sería nuestro, nos pusimos rumbo a The Box en busca de ese ladrillo de oro tan ansiado por los fanáticos de LEGO.
Local, historia y objetivo
El local se encuentra en un edificio situado en pleno barrio de Trafalgar, siendo Alonso Martínez (Líneas 4, 5 y 10) la parada de metro más cercana. Llegamos bien de tiempo, así que no lo pensamos más y subimos por las escaleras hasta la segunda planta (no me fío de los ascensores antiguos). Enseguida nos recibió Adela, quien ya se encargó de dirigir nuestra experiencia en The Haunted Box la última vez que estuve allí con María. Llamadme idiota, pero me hace ilusión cuando vuelvo a una sala y se acuerdan de mí (el motivo prefiero no preguntarlo, a veces es mejor vivir en la ignorancia).
Sin más preámbulos, entramos en la zona reservada para la explicación del juego y tomamos asiento en una de sus butacas rojas. El objetivo de The Box es conseguir, con mayor o menor éxito, que el jugador tenga la sensación de formar parte de una película, de ahí que dicha habitación esté decorada como si fuese una pequeña sala de cine y que los carteles de sus salas parezcan anuncios promocionales de los próximos estrenos en cartelera. Tras escuchar con atención las normas básicas de la sala, nuestra Game Master pasó a explicarnos cual sería nuestro objetivo: como buenos ladrones de guante blanco que somos, debemos internarnos en el museo LEGO aprovechando que el guardia de seguridad se ha ausentado de su puesto durante una hora. De todos es sabido que el ladrillo de oro es una pieza muy codiciada por el mundo; sin embargo, solo nosotros tendremos la oportunidad de hacernos con él y salir de allí antes de que salten todas las alarmas.
Con nuestro objetivo en mente, nos pusimos el antifaz que nos entregó Adela (sí, ese maldito chisme que te hace sexy o te vuelve bizco) y esperamos a que nuestro enlace en el museo nos asegurase que la zona estaba despejada. ¡Ahora sí, a por el lingote!
Ambientación y juegos
Una vez dentro de la sala, pudimos dejar nuestros objetos personales en un armario que encontramos junto a la puerta. La verdad es que el hecho de tener que detenernos para guardar nuestras cosas después de comenzar la partida nos sacó durante unos segundos de la historia, afectando negativamente a la inmersión del juego. De repente, tuvimos la sensación de ser dos jugadores más a punto de ponerse a resolver enigmas, ni rastro del espíritu de ladrones que nos había invadido antes de entrar.
Al mirar a nuestro alrededor vimos que nos encontrábamos en una habitación decorada con dos o tres piezas que podríamos encontrar en un museo, pero nada más. Cada elemento parecía formar parte de un juego diferente, pero ni rastro de cualquier otro objeto decorativo que hiciese de aquel lugar una sala digna de recordar. Es una pena, porque algo que valoramos muy positivamente en un Escape Room es la impresión visual que se lleva el jugador al cruzar la puerta de entrada, que la sala sea capaz de trasladarte por completo a un lugar diferente, algo que no ocurrió esta vez. Las piezas y muñecos de LEGO estaban muy presentes, pero nos faltó algo de cohesión entre la temática de la sala y el motivo elegido para decorarla. No logramos entender su relación con un museo, casi como si ambas cosas conviviesen en el mismo espacio sin llegar a conectarse del todo.
Por suerte, la falta de inmersión y buena ambientación consiguen suplirla en cierta medida con los juegos. Desde el primer momento te das cuenta de que, aunque el objetivo está delante de tus narices, no será tan fácil llegar hasta él. Para conseguirlo tendrás que superar una serie de pruebas basadas en la observación, la asociación de ideas entre las dos partes en las que se divide la sala y tu alma de rastreator. ¡Si no llega a ser por la pista que nos lanzó el Game Master a través del monitor, todavía andaríamos tratando de encontrar un objeto en cuestión!
Existe un buen equilibro entre los puzzles físicos y otros algo más tradicionales basados en la apertura de candados, estando estos más presentes en la primera mitad del juego. Es importante que busquéis bien por toda la habitación y que llegado un momento hagáis lo que os pide el cuerpo si estuvieseis robando un museo en vuestra vida real. Si llega a ser por mí, ahora mismo estaríamos entre rejas. Fue un momento muy divertido porque, mientras que Sara actuaba como lo haría una persona lógica en esos casos, yo seguía pululando por la sala como si nada. Tanto fue así, que Adela tuvo que enviarnos un mensaje llamando la atención a la única neurona que me quedaba en ese momento. ¡Menudo ladrón de pacotilla!
En la segunda mitad de The Museum Box los juegos pasan a ser algo más físicos, de hecho solo encontraremos un artilugio donde tendremos que meter una combinación determinada para conseguir abrirlo. Y aquí llegó el segundo momentazo de la tarde. Sara, pensando que podíamos desengancharlo del soporte al que estaba sujeto, acabó rompiéndolo sin querer y todo su contenido terminó desperdigado por el suelo. Fijaos si somos honrados, que recogimos todas las piezas y volvimos a guardarlas dentro hasta tener el código que nos permitía acceder a ellas de forma legal. Si en el fondo somos dos cachos de pan...
En definitiva, y aunque hay suficientes juegos para pasarte la hora entera resolviendo enigmas, la dificultad de los mismos no es demasiado elevada, por lo que se trata de una sala apta para principiantes o parejas con experiencia que busquen pasar un buen rato.
¿Lo conseguimos?
A pesar de estar a un paso de acabar en la cárcel a mitad de juego, conseguimos hacernos (que no salir) con el lingote de oro, lo cual nos descolocó un poco al no encajar con el objetivo de la sala: robarlo y huir con él. Nos sobraron algo menos de tres minutos y pasamos un rato muy agradable comentando la jugada con Adela, quien nos acompañó de nuevo al interior de la sala para hacernos la foto final. Como me va el riesgo, me puse de nuevo el antifaz para la ocasión. Ahora vosotros decidís si pertenezco al bando de los que se vuelven sexys con ellos o más bien parezco una copia barata de Leticia Sabater.
Me gustaría aprovechar también para hablaros de una iniciativa muy interesante que se encuentra actualmente en fase de crowdfunding en la que The Box participa como sala asociada. Me estoy refiriendo a la EscapeGamePass, un pase que te permite tener descuento en varios Escape Room de Madrid, además de participar en un campeonato nacional contra otros equipos de jugadores. Los premios por hacerse con la victoria son más que suculentos (a mí 4.000€ me arreglan unos cuantos meses, no sé a vosotros), así que no dudéis en apoyar la causa si estáis interesados. Podréis encontrar más información al respecto aquí.
Valoración y puntuaciones
- A destacar: Buen equilibro entre juegos mentales y físicos. Sala dinámica con enigmas asequibles para grupos principiantes.
- A mejorar: La inmersión y decoración de la sala, se podría hacer bastante más en este aspecto. La cohesión entre la temática y el motivo elegido para ambientarla, no logramos ver qué relación podría haber entre un museo y las piezas de LEGO.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
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910 34 09 63 / 685 82 67 33
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