Una playa, una botella de cristal con un misterioso mensaje en su interior y la llamada de socorro de un capitán de barco que ofrece su tesoro como recompensa. ¡Preparaos para convertiros en los auténticos Piratas de Torrevieja!
Nombre de la empresa: S-Time
Nombre de la sala: Ruta Perdida
Número de jugadores: 2-5 personas (sin opción a combate)
Precio: 50-80€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 60 minutos
En pleno proceso de creación de Escapa2, Fer y yo queríamos seguir sumando experiencias como escapistas con las que ir alimentando poco a poco el blog. Con esa premisa en mente, nuestro primer objetivo no podía ser más claro: hacer un Escape Room juntos una vez al mes.
Febrero ya estaba bastante avanzado, por lo que no nos quedaba mucho tiempo para decidir qué sala sería nuestra próxima víctima, sin embargo, la experiencia tan positiva de Fer hace un par de semanas en El Orfanato fue la clave para decidirnos y que yo pudiera probar la primera sala de los chicos de S-Time. ¡Íbamos rumbo a la Ruta Perdida!
La reserva
La reserva la realizamos a través de la página web. El proceso no puede ser más sencillo y cómodo ya que ni siquiera es necesario realizar el pago por adelantado y puede hacerse en el local con tarjeta o efectivo. Una opción que siempre nos parece perfecta tanto para grupos grandes como pequeños.
Local, historia y objetivo
El local se encuentra en el barrio de Chamberí (metro más cercano: Moncloa –Líneas 3 y 6), muy cerca de los locales de The Rombo Code y de Mad Escape Room. Conocíamos bien la zona y, precisamente por ello, recomendamos que si vais en coche lo hagáis con unos 15-20 minutos de antelación ya que a veces aparcar por esta zona puede poner a prueba vuestra paciencia.
Una vez conseguimos aparcar, encontrar el local no tuvo pérdida ya que su amplia entrada lo hace inconfundible. En la recepción nos estaba esperando Íñigo, nuestro Game Master, quien nos indicó que guardásemos nuestras cosas en una de las taquillas y nos animó a cotillear todos los elementos decorativos y de entretenimiento que había a nuestro alrededor mientras terminaban de preparar los últimos detalles de la sala. Personalmente, me encantó la estética del hall, los pósteres de la sala colgados como carteles de películas de cine y… ¡hasta una videoconsola! Por una vez estábamos tristes de que la sala estuviera preparada tan rápidamente y no pudiéramos quedarnos un rato más entre tanto cachivache.
Una vez en la puerta de la sala, Íñigo nos preguntó por nuestra experiencia como escapistas y nos explicó todo lo que necesitaríamos saber sobre la sala: reglas básicas, comunicación a través de un walkie-talkie (a los que Fer parece que sigue teniendo alergia o fobia porque no hay manera de que consiga tocar uno) y las curiosas circunstancias que nos habían llevado hasta allí: durante nuestras vacaciones de verano en Torrevieja, estamos dando un tranquilo paseo por la playa cuando nos encontramos una botella de cristal con un mensaje en su interior. El mensaje contiene unas coordenadas y la llamada de socorro de un capitán cuyo barco ha sido tomado por piratas y quien, a cambio de nuestra ayuda, ofrece como recompensa todo su tesoro. Movidos por nuestro espíritu solidario y completamente desinteresado codicioso, decidimos tomar una pequeña barca y seguir las coordenadas para encontrar el barco del capitán y ayudarle.
Ambientación y juegos
Nada más entrar en la sala tuvimos la sensación de estar a bordo de un barco tomado por piratas y es que la decoración es fantástica, con algunos elementos realmente increíbles. Pronto descubrimos que se trata de una sala bastante lineal en la que es fácil reconocer cuál es el siguiente paso a dar y en la que prácticamente todos los elementos presentes juegan algún papel en la historia.
Sin embargo, Ruta Perdida cuenta con dos factores más que sin duda fueron la guinda del pastel. Por un lado, se trata de una sala de segunda generación en la que no hay candados, todos los juegos son mecánicos y activados por los jugadores (hay momentos en los que parece arte de magia). Por otro lado, existe un narrador que te acompaña durante toda la sala y que enseguida se integra como un miembro más del grupo. ¡Simplemente genial!
Si dividiese la sala en dos partes, diría que la primera de ellas claramente está marcada por la presencia de juegos mentales. Nosotros cogimos muy buen ritmo y, quitando uno de los juegos en los que nos quedamos un poco atascados por no tener en cuenta un pequeño detalle, resolvimos todos ellos a la primera. Valoramos muy positivamente que sean juegos en los que la primera intuición sea la correcta y creemos que la dificultad de la sala es idónea para grupos de 2-4 personas con experiencia media.
Para nuestra sorpresa, la segunda parte de la sala cambió completamente de estilo y se volvió mucho más física y original. Sin darnos cuenta nos encontrábamos corriendo de un lado a otro, preguntándonos cómo conseguiríamos avanzar a la siguiente parte de la sala y preocupándonos por si acabaríamos en remojo. Nuestras risas eran continuas y pongo la mano en el agua fuego a que existen pocas maneras más originales de salir de una sala que la que encontraréis en Ruta Perdida.
¿Lo conseguimos?
Casi nos dejamos los pulmones, el tesoro del capitán y mi bufanda detrás, pero finalmente conseguimos salir con todo a falta de 17 minutos. ¡Menudo récord para Escapa2!
Íñigo nos recibió con los brazos abiertos y nos felicitó por lo bien que se nos había dado, pero la verdad es que nosotros todavía estábamos en shock y sin creernos lo que acababa de pasar. Si tuviera que resumirlo en una sola palabra desde luego que sería: D-I-V-E-R-S-I-Ó-N.
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La decoración de la sala, el carácter mecánico/tecnológico de los juegos y la presencia de muchos juegos físicos, ya que son más difíciles de incluir. Originalidad en la manera de salir de la sala.
- A mejorar: Nos lo pasamos tan bien, que nos dio mucha pena que la sala se nos hiciera tan corta y pensamos que en base a la dificultad actual podría incluirse algún juego extra sin comprometer la duración de 60 minutos. Como detalle, el contador del tiempo se encuentra al principio de la sala por lo que en la parte final es difícil conocer el tiempo restante.
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