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'Room 213', Dark Street (Abril 2018, Madrid)

Actualizado: 22 ene 2020

Tras más de 50 años de aislamiento, ha llegado el momento de que pongáis fin a los sucesos paranormales que tienen lugar en la misteriosa habitación del Gran Hotel Ópera de Madrid.



  • Nombre de la empresa: Dark Street

  • Nombre de la sala: Room 213

  • Número de jugadores: 2-6 personas (sin opción a combate)

  • Precio: 50-90€ por sala (en función del número de jugadores)

  • Duración: 60 minutos


Hacía tiempo que nos habían recomendado esta sala y, sin embargo, aún no habíamos tenido la oportunidad de probarla. Hasta ese momento fuimos poniéndonos los dientes cada vez un poquito más largos a medida que leíamos las buenas críticas recibidas por parte de otros jugadores.


Finalmente, antes de que el mes de abril llegase a su fin, conseguimos reunirnos para colgarnos nuestras mochilas de cazafantasmas y adentrarnos en la misteriosa habitación 213 del Gran Hotel Ópera de Madrid. ¡A por ellos, Moquete!


La reserva


Podréis reservar vuestra plaza en el hotel rellenando un pequeño cuestionario tras elegir el día, hora y número de huéspedes a través de la página web. Una vez completado este paso, será necesario abonar una señal de 20€ para hacer efectiva la reserva, pudiendo pagar el resto en el local el día que os paséis por allí para disfrutar de vuestra estancia en la misteriosa habitación 213. También podréis aprovechar para echarle un ojo al cartel promocional de la próxima sala que están a punto de abrir: La cura.


Local, historia y objetivo


El local de Dark Street se encuentra muy cerca de Ópera, en pleno centro de Madrid (metro más cercano: Ópera -Líneas 2, 5 y R). En apenas dos minutos andando llegaréis hasta el enorme ventanal que podréis ver decorado con varios objetos antiguos y figuras un tanto tétricas. Si hubiese habido un cartel que rezase "se vende cuadro maldito en el interior", me lo habría creído sin dudarlo. Como llegamos unos minutos antes de lo previsto, tuvimos que esperar fuera a que saliera el grupo anterior y evitar así los posibles spoilers. Una vez dentro, lo primero que nos llamó la atención fue la ambientación tan currada del local. No se trata de una simple recepción donde dar la bienvenida a los jugadores, sino que está decorada con cierto estilo lovecraftiano, recordándonos en cierta forma a un parque temático. ¿Por dónde dices que está la entrada al tren de la mina?


Nuestro Game Master, tras indicarnos que tomásemos asiento, nos explicó las normas básicas de la sala, así como los diferentes logos que podíamos encontrar en la misma y que nos indicarían qué objetos debíamos usar y cuáles no. Una vez hecho esto, desapareció durante unos segundos para volver metido totalmente en el papel de botones del hotel. ¡Qué nos gusta una teatralización!


Por último, a través de un pasillo más oscuro que el culo de Voldemort, nos condujo hasta la puerta de la temida habitación 213, donde nos contó la historia de los misteriosos sucesos paranormales que habían tenido lugar en su interior y las innumerables investigaciones que habían llevado a cabo diversos expertos en lo oculto sin éxito alguno. Nuestra misión aquella tarde sería entrar y descubrir de una vez por todas qué había pasado entre esas cuatro paredes, poniendo fin a los más de 50 años de cuarentena en los que había estado sumida la habitación.


Ambientación y juegos


Por experiencia sabemos que este tipo de temáticas suelen estar algo limitadas en cuanto a factor sorpresa se refiere, sobre todo en aspectos relacionados con la ambientación. Sin embargo, los elementos decorativos presentes en las diferentes estancias en las que se divide el juego consiguieron transmitirnos mal rollo desde que pusimos un pie en ellas. Especialmente un objeto que ya había usado anteriormente en otras salas, pero nunca con tanta intensidad como en esta. Fue muy divertido vernos a todos utilizándolo al mismo tiempo, cual caballeros de la mesa redonda en una mala tarde de prácticas místicas.


Aunque en un primer momento la sensación de amplitud es más que cuestionable (parecíamos sardinas en lata siendo cinco personas en un espacio tan reducido), la sala acaba siendo enorme. Se trata de una sala lineal que cuenta con tres juegos principales a resolver gracias a otros enigmas más sencillos o de menor duración. Lo que más nos gustó es que, aunque encontramos algún que otro candado repartido por las habitaciones, la mayoría de juegos son de carácter tecnológico.


Es importante buscar bien y por todos lados, hubo un par de elementos clave muy bien disimulados, en especial uno de ellos. Menos mal que Manu, nuestro sabueso particular, pronto se hizo con ambos y pudimos emplearlos para avanzar con rapidez en nuestra misión. Al menos hasta que tuvimos que hacer uso de otro objeto que, con las prisas, no exprimimos hasta el final, perdiendo así parte de la información que nos ofrecía. ¡Gracias, Game Master, por ayudarnos en este punto! ¡Estábamos frenéticos en esa parte del juego!


Poco después tuvimos que enfrentarnos a uno de los enigmas más originales que habíamos hecho hasta el momento, al menos era la primera vez que hacíamos algo parecido. Para resolverlo es necesaria la ayuda de todos y cada uno de los componentes del grupo, por lo que el trabajo en equipo que tanto se persigue en este tipo de actividades está más que asegurado. No perdimos demasiado tiempo en esta parte, pero sí que estuvimos algo más torpes en la última. Después de algún que otro encuentro paranormal, andábamos algo nerviosos y nuestras mentes no funcionaban todo lo ordenadamente que deberían. El caos se apoderó de nosotros hasta el punto de parecer cinco locos corriendo sin sentido de un lado para otro.


El tiempo no hacía más que acercarse al minuto 60 y todavía no habíamos resuelto el misterio de la habitación 213. Por suerte, algunos miembros del equipo trabajan mejor bajo presión (yo hasta cierto límite, que tampoco soy una olla exprés), por lo que aportando cada uno su granito de arena conseguimos alcanzar nuestro objetivo y, lo que es más importante en este caso, salir intactos de aquella habitación maldita. ¡O maldita habitación, que no es lo mismo!


Aunque los juegos estaban bien integrados con la temática de la sala, echamos en falta algún otro que no estuviese tan directamente relacionado con los tres juegos centrales (en ocasiones resultaba repetitivo el uso de algunos objetos). La dificultad de los mismos no es excesivamente alta, pero es cierto que para gente más aprensiva a los sustos o tensión que genera este tipo de salas es posible que el factor miedo suponga una dificultad añadida. Por ello creemos que para parejas es algo complicado lograr salir en menos de una hora y que para grupos grandes de 5-6 personas puede resultar algo caótico si no os organizáis bien, como fue nuestro caso.


¿Lo conseguimos?

Hacía tiempo que no tenía esa sensación de derrotismo cuando ves que quedan pocos minutos para salir de la sala, pero gracias al cohete que nos pusimos en una parte muy preciada de nuestro cuerpo conseguimos resolver el misterio, llevarnos a los fantasmas en nuestras mochilas/aspiradoras y poner fin al confinamiento de la habitación 213. ¡Ale, para que vuelvas!


¡Chris Redfield, cúbrenos mientras hacemos la foto!

Tras hacernos la fotografía final frente al increíble mural que tienen los chicos de Dark Street en la recepción, comentamos la experiencia con nuestro Game Master y su compañero antes de salir pitando de allí. Nos habría gustado quedarnos más tiempo para charlar sobre más curiosidades y la sala nueva que tienen pensada abrir próximamente, pero ya nos estaban llamando del restaurante donde teníamos la reserva para cenar. ¡Por favor, que todavía quedaban 5 minutos para la hora y acabábamos de salir de un hotel maldito! Un poquito de comprensión, ¿no?


Valoración y puntuaciones


- A destacar: El briefing, nos encanta cuando el Game Master se mete en el papel y hace que nosotros también nos creamos la historia gracias a la teatralización inicial. Uno de los juegos centrales, nunca habíamos hecho nada parecido hasta el momento, fue bastante divertido. El carácter tecnológico de la sala, nos gusta encontrarnos con elementos mecánicos combinados con juegos de carácter más tradicional.


- A mejorar: Durante el juego tuvimos algunos problemas con dos elementos de la sala que no funcionaban del todo bien, aunque estuvieron muy atentos y nos cambiaron uno de ellos (el otro no estaba roto, simplemente que por el tipo de objeto que era no conseguimos utilizarlo bien a la primera), perdimos bastante tiempo tratando de arreglarlos.


Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor



Datos de contacto:


C/ Amnistía, 3 28013 Madrid

910 66 31 97

info@darkstreet.es

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