¡Houston, tenéis un problema! El transbordador en el que os encontráis ha sufrido serios daños y regresar a la Tierra parece misión imposible. Tenéis una hora para repararlo antes de que os quedéis sin oxígeno.
Nombre de la empresa: BrainBreak
Nombre de la sala: Regreso a la Tierra
Número de jugadores: 3-5 personas (sin opción a combate)
Precio: 55-70€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 60 minutos
Llevábamos mucho tiempo sin coincidir con nuestros amigos los EscaZapistas, así que decidimos darles un toquecillo con dos objetivos: aprovechar para jugar juntos a una sala de escape y, además, hacerles entrega de un sobre misterioso firmado por los Plastic Robot. Si habéis leído algunas de nuestras entradas anteriores, os podréis hacer una idea de lo que había en su interior. La segunda edición del curso Craft Master Certificate estaba a punto de celebrarse en Madrid y esta vez serían ellos quienes acudirían como blog invitado para informaros de todo cuanto allí sucediese. ¡Menuda sorpresa se llevaron!
Una vez les cedimos la corona como si del mismísimo certamen Miss Escapista 2019 se tratase, pusimos rumbo a la misión que habíamos escogido para aquella tarde de lluvia: Regreso a la Tierra, de BrainBreak. ¡Que se pare el mundo que aterrizamos!
La reserva
Si sois capaces de encontrar señal WiFi en mitad del cosmos, podréis hacer la reserva a través de la página web. Si no, también podréis robársela a los reptilianos, que son unos tipos con cara de lagarto muy majos. Una vez que fijéis el día para regresar a la Tierra e indiquéis el número de miembros que formarán parte de vuestra tripulación, tendréis que abonar una cantidad de 20€ para hacer efectiva la reserva. El resto podréis pagarlo en el local una vez hayáis puesto de nuevo los pies en nuestro planeta.
Local, historia y objetivo
Al ser la tercera vez que visitábamos a los chicos de BrainBreak, su ubicación nos resultaba más que familiar. Situado entre las paradas de metro de Tirso de Molina (Línea 1) y La Latina (Línea 5), el local se encuentra rodeado de otras empresas como Clue Hunter, Dale al Coco o El Gran Escape. Como os podréis imaginar, existen muchas restricciones en cuanto a la circulación de vehículos por dicha zona al tratarse del centro de Madrid, por lo que os recomendamos que utilicéis el transporte público para llegar hasta allí.
Después de caldear nuestro cuerpo tomando un reconfortante chocolate caliente en una cafetería cercana, pusimos rumbo a BrainBreak. Dani, nuestro Game Master, nos vio llegar a través del ventanal de la recepción y nos abrió la puerta antes de que tuviésemos tiempo de llamar al timbre. ¿Tendríamos cara de escapistas invadidos por el mono? ¿Ojos inyectados en sangre que delatasen nuestras ansias por quedarnos encerrados en una habitación? Fuera como fuese, y una vez dentro, nos acompañó hasta el piso inferior donde está situada la sala. A juzgar por los carteles que vimos mientras bajábamos las escaleras, nos quedó claro que en BrainBreak les gustan las aventuras gráficas. ¡Menudos recuerdos al ver la imagen del Monkey Island!
Una vez abajo, hizo hincapié en algunas normas específicas de la sala sin profundizar demasiado en las más básicas. Supongo que las camisetas amarillas de EscaZapistas y nuestras sudaderas de Escapa2 no dejaban lugar a dudas acerca de que teníamos experiencia previa como escapistas. Además, nos aseguró que encontraríamos un elemento ante el que reaccionaríamos de cierta manera por mucho que nos asegurase que aquello no serviría de nada. ¿Recordaríamos después sus palabras o actuaríamos haciendo caso a nuestro instinto? Por último, escuchamos atentamente lo que tenía que contarnos: el transbordador Altair en el que nos encontramos ha sufrido serios daños estructurales tras un alunizaje de emergencia. El oxígeno se está agotando y solo tendremos una hora por delante para poder reparar los desperfectos y regresar así a la Tierra. De lo contrario, nos quedaremos para siempre flotando en mitad del Universo.
Ambientación y juegos
El transbordador Altair nos dio la bienvenida en mitad de una sala espaciosa, de color blanco y con un toque futurista muy acertado. Lo primero que nos llamó la atención fue la pantalla donde quedaba reflejado el tiempo restante. En lugar de expresarlo en minutos, venía determinado por la cantidad de oxígeno que quedaba en la sala, algo muy original y acorde con la temática de la misma. Además, esto añadía un pequeño nivel extra de dificultad al juego, pues al no estar acostumbrados a ver el tiempo expresado en porcentaje, no podíamos saber con exactitud cuántos minutos nos quedaban por delante cada vez que levantábamos la vista hacia la pantalla.
Al mirar a nuestro alrededor, nos topamos con una serie de elementos tecnológicos esperando a ser activados. Como pasa en salas de segunda generación, comenzar a tirar del hilo no es tan sencillo como cuando sabes que tienes que encontrar un código para introducirlo en un candado. Siendo conscientes de ello, nos pusimos a investigar detenidamente todos aquellos mecanismos para ver por dónde podríamos empezar. Por suerte, no tardamos mucho en enlazar unas cosas con otras y es que, si por algo se caracterizan los juegos de BrainBreak, es por la lógica de los mismos y la fluidez con la que unas pruebas te conducen a otras. Gracias a ello no tuvimos ningún momento de estar parados o atascados eternamente en un enigma en concreto, lo cual hace que la experiencia se haga muy amena.
Desde que entréis al transbordador hasta que pongáis los pies en La Tierra (si es que lo conseguís), os iréis topando con enigmas en los que tendréis que trabajar en equipo y dividiros en más de una ocasión. Destacaría uno de ellos en concreto que no habíamos visto en ninguna otra sala y que, a pesar de su sencillez, puede llegar a acabar con la paciencia de muchos. ¡Fue muy divertido vernos a los cuatro tomando decisiones para acabar fallando en el último momento! Además es importante que no os olvidéis de nada de lo que veáis por el camino, pues habrá veces en las que tendréis que dar marcha atrás sobre vuestros pasos para poder resolver algunos juegos. En ese sentido estuvimos muy compenetrados y conseguimos ganar unos minutos muy valiosos, pues se notaba que la falta de oxígeno se cernía sobre nuestras cabezas cada vez con más fuerza. ¡Yo ya estaba maquinando quién sería mi primera víctima en caso de que la situación se volviese crítica de verdad! Todo el mundo sabe que tres personas respiran menos que cuatro...
En cuanto a la ambientación, habrá un momento en que cambiará por completo, pero siempre siendo acorde a la temática de la sala. Trabajar en esa segunda parte fue algo más complicado debido a que la luz era más bien escasa, pero fue divertido ver como más de uno se acabó topando con... bueno, será mejor que lo comprobéis por vosotros mismos. Por cierto, ¿os acordáis de eso que nos dijo el Game Master que haríamos y que no serviría de nada? Pues sí, acabamos haciéndolo como mosquitos atraídos por la luz. ¡Os retamos a vosotros a no caer en la tentación!
¿Lo conseguimos?
Aunque consumimos la mayor parte del oxígeno presente en el transbordador, finalmente conseguimos regresar a La Tierra con un 8% de sobra. Afortunadamente, la sangre no llegó al río, por lo que pudimos posar los cuatro en la fotografía final con nuestros trajes espaciales. Bueno, todos excepto Moi, que se había dejado su uniforme en la lavandería cósmica.
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La fluidez de los juegos y el carácter tecnológico de los mismos; la participación del Game Master en la sala metiendo presión de vez en cuando con un humor muy acertado; el diseño de algunos enigmas que obligan a trabajar en equipo, algo que a veces se acaba olvidando.
- A mejorar: Aunque la ambientación es buena tratándose de una nave, quizá se podrían incluir más elementos o juegos de luces que aporten un aspecto aún más futurista a la estancia; añadir un hilo musical que genere tensión en los jugadores y favorezca a un in crescendo final de infarto.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
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