Viaja hasta el año 1897 e investiga el peligroso hallazgo del inventor Ferdinand von Zeppelin antes de que una ruptura espacio-temporal acabe con la historia tal y como la conocemos.
Nombre de la empresa: Incógnito Escape Game
Nombre de la sala: Misterio Flamenco
Número de jugadores: 2-5 personas, excepcionalmente 6 personas (sin opción a combate)
Precio: 50-96€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 60 minutos
Desde que oí que los chicos de Incógnito Escape Game estaban preparando una segunda sala relacionada con la temática Steampunk, y teniendo en cuenta la buena experiencia que tuvo Fer a principios de año en Misterio Flamenco, empecé a morirme de ganas por hacerles una visita. Por suerte, sabía a ciencia cierta que a mis compis originales de Escape Room también les encantaría la idea... y no me equivocaba. Dicho y hecho, el equipo Dominion, con ayuda extra de mi hermano, tenía una nueva misión entre manos que requeriría, nada más y nada menos, que viajar al pasado. ¡Leven anclas, que nos vamos!
La reserva
La reserva se lleva a cabo a través de la página web, la cual nos pareció bastante dinámica e intuitiva. Además, podréis ver en todo momento el característico bigote que identifica a esta empresa, así como información acera de las dos salas que por ahora (ejem, ejem) tienen abiertas al público. La verdad es que nos resultó muy sencillo navegar a través de ella, algo que siempre puede ayudar a la hora de atraer nuevos clientes.
Al hacer la reserva será necesario elegir el idioma del juego (español, inglés o francés), el número de jugadores (recomiendan que no sean más de cinco personas para disfrutar al máximo de la experiencia, aunque es posible llegar hasta seis de manera excepcional) y realizar un abono de 20€ a modo de señal, pagando el resto en el local el día del juego.
Local, historia y objetivo
El local se encuentra cerca de la zona de Madrid Río y la sala La Riviera, a muy pocos pasos de La habitación 1336, de Escape The Loggia. Para aquellos que prefiráis moveros en transporte público, los metros más cercanos son Puerta del Ángel (Línea 6) y Príncipe Pío (Líneas 6, 10 y R). En nuestro caso fuimos hasta allí en coche y no tuvimos ningún problema en aparcar, a pesar de ser un día con bastante alboroto por la zona debido a la aparición de un misterioso cachalote en pleno río Manzanares. ¿Sería una misión secundaria a resolver como agentes Incógnito?
Llamamos al timbre a la hora indicada en la reserva y nada más recibir la bienvenida de Maxi, uno de los dueños y nuestro Game Master particular de aquel día, nos dimos cuenta de que en Incógnito apuestan por las experiencias completas desde que se cruza la puerta de su agencia y no únicamente por resolver una sucesión de juegos dentro de una sala. ¡La cosa no podía pintar mejor!
Una vez en la recepción, Maxi esperó pacientemente a que guardásemos nuestros objetos personales y a que varios de nosotros hiciéramos una pequeña parada técnica (a saber qué baños había en el sigo XIX...). Tras este paréntesis, nos condujo hasta una pequeña antesala en la que nos dio un magnífico briefing incorporando la explicación de las normas de la sala en la misión que nos había llevado hasta allí: Debemos viajar con la máquina del tiempo de la Agencia Steampunk hasta el año 1897 para investigar (y quizá provocar algún que otro ¡bum, catapum!) el taller del inventor Ferdinand von Zeppelin, ya que una ruptura espacio-temporal amenaza con alterar el curso de la historia.
Ambientación y juegos
Si la teatralización del briefing nos había dejado a todos encantados, la entrada a la sala acabó por conquistarnos. Provistos de nuestro equipamiento de seguridad para protegernos de los rayos de energía que emite la máquina del tiempo, entramos en este peculiar artilugio y realizamos el procedimiento necesario para activarlo. Cinco... Cuatro... Tres... Dos... Uno... ¡Directos al año 1897!
Nos encontrábamos en un taller perfectamente ambientado en la temática Steampunk. El viaje temporal me había dejado tan desubicada que ni siquiera era capaz de saber por dónde habíamos accedido a él (algo que sólo me había ocurrido una vez en otro Escape Room). A nuestro alrededor todo eran mecanismos, engranajes, tuberías y cachivaches en un ambiente gris y metalizado tan realista que nos moríamos de ganas por toquetear. Y menos mal que lo hicimos, porque cada rincón escondía un secreto y los juegos estaban tan bien integrados en la sala que fue necesario repasarla de arriba a abajo para encontrarlos todos.
Los enigmas son predominantemente de tipo lógico y guardan una estrechísima relación con la temática y el taller de zepellines en el que nos encontrábamos, algo por lo que sin duda merecen mi más sincera enhorabuena. La dificultad es media-alta y, a excepción de uno de ellos que se nos atascó un poco (quizá porque el mecanismo no estaba funcionando perfectamente), son juegos muy intuitivos que hacen que el ritmo en la sala fluya y te lo pases realmente bien. El número de juegos es elevado; sin embargo, gracias a que se trata de una sala no lineal (especialmente en la segunda parte, donde podréis llevar a cabo varias líneas de investigación a la vez), grupos de cuatro jugadores, incluso parejas con algo de experiencia, no tendrán excesivos problemas para resolverlos si se dividen el trabajo.
Y aunque todo lo que os he contado hasta ahora es muy positivo, os prometo que he dejado lo mejor para el final o, al menos, las dos cosas que personalmente a mí me conquistaron. Por un lado, Operación Steampunk es una sala en la que hasta el más mínimo detalle ha sido cuidado y eso se nota en la manera en la que han diseñado cómo se comunica el jugador con el exterior o cómo se reciben las pistas (¡a nosotros nos encantó!) y, por otro, es una sala en la que han apostado completamente por la tecnología y la innovación, introduciendo un elemento conductor en la segunda parte del juego realmente original.
¿Lo conseguimos?
No sólo lo pasamos en grande disfrutando de los juegos y de la ambientación de la sala, sino que además conseguimos completar todos nuestros objetivos y restaurar el curso de la historia a falta de unos cinco minutos.
Al salir nos llevamos una gran sorpresa y es que además de Maxi, estaba Lola (la segunda responsable de esta joya de sala) para recibirnos y compartir las sensaciones que habíamos tenido durante el juego. Ellos, por su parte, nos contaron algunos de los secretos de la sala y todo el trabajo que había supuesto el montarla, después de lo cual nos quedamos aún más encantados con la experiencia. ¿Qué más me queda por decir? ¡Ah, sí! Por favor, apuntadme ya en la lista de espera para cuando abráis vuestra tercera sala.
Actualización: ¡Esperad! ¡Esperad! ¡Que todavía hay más! Después de contarle a Fer lo mucho que me había gustado la sala, no pudo resistirse a reservar unos días más tarde para ir con sus amigos: ¡el equipo Escapaditos! Aquí os dejo su foto de grupo (¡disfraz incluido!) y le cedo un par de líneas para que él mismo os diga qué tal su experiencia.
¡¡¡Bum, catapum!!! Pues sí, como bien ha dicho María, se trata de una de las salas imprescindibles de Madrid tanto si os gusta la temática Steampunk como si no. Desde el momento en que entras en la sala te lo crees por completo, más aún si alguno de los integrantes del grupo llega disfrazado (¡Sara, we love you!). Además, el trato de los Game Master es increíble y a mí, personalmente, me enamoraron por completo con ese detalle final que tuvieron con nosotros. ¡Sois unos cracks!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: Originalidad en la temática de la sala, excelente decoración, juegos perfectamente integrados en la historia, pistas y sistema de comunicación muy original, briefing teatralizado.
- A mejorar: Uno de los juegos nos pareció menos intuitivo que el resto y, sumado a que creemos que no nos funcionó perfectamente, fue un pequeño bajón respecto al buen ritmo que llevábamos en la sala. Por este motivo, creemos que podría revisarse o darle una pequeña vuelta.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
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