Como agentes secretos de la CIA, tendréis que infiltraros en una base soviética para frenar la detonación de una bomba nuclear. Pero cuidado, en los años 60 nada es lo que parece...
Nombre de la empresa: S-Time
Nombre de la sala: Misión imposible
Número de jugadores: 4-6 personas (sin opción a combate)
Precio: 70-90€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 60 minutos
Desde que conocimos a los miembros de EscaZapistas en el evento de inauguración de Golden Escape Room, teníamos claro que queríamos volver a jugar a una sala con ellos. Tras ponernos en contacto con Cintia y Moisés, estuvimos indagando en busca de algún Escape Room que ninguno de nosotros hubiese hecho anteriormente. No fue fácil, recordad que estamos hablando de cuatro adictos a los juegos de escape (más acompañantes, que tampoco se quedan atrás), pero finalmente dimos con una opción bastante interesante: Misión imposible, de S-time. ¡La fusión EscaZapa2 ya era una realidad!
La reserva
Se hace a través de la página web. A diferencia de otras salas, no será necesario abonar ninguna cantidad de dinero a la hora de llevarla a cabo. Ni siquiera una parte del total a modo de señal, por lo que la cantidad al completo se pagará en el local antes de comenzar el juego. Como os hemos dicho en otras ocasiones, la ventaja de este sistema es que no importa si alguien decide unirse a vosotros en el último momento, algo bastante cómodo cuando no sabéis el número exacto de jugadores que vais a ser.
Local, historia y objetivo
El local se encuentra en el barrio de Chamberí, cerca de la parada de metro de Moncloa (Líneas 3 y 6). Se trata de una zona donde es difícil aparcar, por lo que recomendamos que vayáis en transporte público si sois algo limitados en cuanto a paciencia se refiere (sí, hablo por mí, aunque tengo que admitir que esa tarde tuvimos bastante suerte y aparcamos cerca de la puerta).
Como llegamos con tiempo, aprovechamos para tomar algo antes de entrar y compartir opiniones sobre las distintas salas que habíamos hecho hasta el momento. ¡Ya sabéis cuánto nos gustan estas cosas a los escapistas! Para que os hagáis una idea, somos algo así como padres primerizos enseñando a todas horas las fotografías de sus retoños. Sí, un poco pesados, pero se nos quiere igual.
Llegada la hora, volvimos sobre nuestros pasos hasta la peculiar entrada azul repleta de post-it que tanto caracteriza a S-Time. Allí nos recibió Íñigo, quien ya había sido nuestro Game Master cuando hicimos La Ruta Perdida hace unos meses. ¡Nos hizo mucha ilusión que se acordase de nosotros! Después de dejar las cosas en la taquilla, nos acompañó hasta la puerta de la sala y nos explicó cuál iba a ser nuestra misión: como agentes secretos de la CIA, habíamos recibido un chivatazo acerca de las intenciones de uno de los bandos enfrentados durante la Guerra Fría de detonar una bomba nuclear. Para impedirlo, debíamos infiltrarnos en una de las bases soviéticas y completar la misión con éxito antes de que fuese demasiado tarde.
Una vez tuvimos claro nuestro objetivo, nos hizo entrega de nuestras nuevas identidades, las cuales jugarían un papel vital para el desarrollo del juego. Si algo tiene Misión imposible es que no se trata solo de una sala de escape, sino que además cada uno de los jugadores tendrá algo que esconder... ¡Que comience el juego!
Ambientación y juegos
Si tenemos en cuenta aspectos como la ambientación y la modalidad de juego, podría decirse que Misión Imposible está dividida en dos partes claramente diferenciadas. En un primer momento, nos encontramos en el interior de un despacho soviético bien ambientado en el que no vimos demasiados elementos con los que poder interactuar. Gracias a ello, y tras recopilar todos los objetos que creíamos que nos podían servir de ayuda, no resultó complicado descubrir por dónde empezar. Al igual que en El Orfanato y La Ruta Perdida, todos los juegos eran de carácter mecánico, por lo que serían nuestras acciones las que desencadenasen la apertura de nuevos rincones de la sala.
Precisamente tuvimos algún que otro problema con el enigma que nos permitiría acceder a la segunda parte de la habitación. El objetivo del mismo lo teníamos claro desde el principio, el problema estaba en que las pistas para llevarlo a cabo eran demasiado pobres, lo que dificultó en gran medida que pudiésemos relacionar unos elementos con otros. Estábamos tan desesperados que acabamos recurriendo al azar con aquellos aspectos que no teníamos del todo claro. Finalmente, conseguimos resolverlo y adentrarnos en la segunda parte de Misión Imposible, donde las cosas se pusieron realmente interesantes.
A partir de ese momento, tanto la ambientación como los juegos pasan a un segundo plano, cobrando mayor importancia los secretos que esconden las identidades que os repartirán antes de entrar en la sala. Después de escuchar de forma individual el mensaje que contenían nuestras tarjetas, nada volvió a ser lo mismo. De repente todos teníamos algo que ocultar y saber en quién podíamos confiar fue realmente complicado. ¡Eso sí que era misión imposible!
Ya os decimos que tendréis que estar preparados para todo lo que pueda pasar a continuación, pues ninguno estará libre de sospechas. Aún así tendréis que seguir trabajando en equipo y hacer frente a juegos algo más físicos que en la sala anterior. Menos mal que teníamos a Cintia para superar uno de ellos, si es por los demás, todavía seguiríamos allí guiñando el ojo.
En definitiva, se trata de una buena sala que recomendamos tanto a principiantes como jugadores más experimentados, pues aunque los juegos puedan resultar algo sencillos para aquellos que lleven varias salas a sus espaldas, el factor adicional de tener que cumplir unos objetivos secretos es realmente divertido.
¿Lo conseguimos?
A pesar de la tensión por todo lo que íbamos descubriendo de nuestras identidades secretas a lo largo de la partida, conseguimos salir a tiempo de la base soviética. Sin embargo, no todos los componentes del grupo logramos nuestro objetivo.
Nos chocó que a la salida no nos recibiese Íñigo. Parece una tontería, pero cuando llegas a una sala nueva parece que creas un vínculo con el Game Master que te recibe y que de repente te despida otra persona nos dejó un poco fríos. Aún así estuvimos comentando con él algunos aspectos de la sala que nos habían parecido curiosos antes de volver al hall y hacernos la foto para el recuerdo. ¡Estamos seguros de que repetiremos como EscaZapa2!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La modalidad de juego, nunca antes habíamos estado en una sala en la que, además de escapar, tuviésemos que llevar a cabo una serie de acciones a escondidas del resto de jugadores. El carácter mecánico de la sala, de vez en cuando se agradece no encontrar candados o juegos que estén cien por cien enfocados a la búsqueda de un código.
- A mejorar: La ambientación y el número de enigmas en la segunda parte del juego. Aunque entendemos que por el enfoque de la sala es algo difícil de conseguir, no estaría de más encontrar un mejor equilibrio entre la resolución de acertijos y el desarrollo de las misiones de cada jugador.
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