La empresa Dunklerde ha decidido reabrir las minas de St. Louis donde cientos de mineros quedaron sepultados tras una repentina explosión. ¿Qué motivo oculto se encuentra tras esta sospechosa iniciativa?
¡Por fin llegó el día de nuestra peregrinación a La Meca de los Escape Room! Hacía ya un par de meses que terminamos de planear nuestra primera ruta por Barcelona, por lo que os podréis imaginar lo largas que se nos hicieron las semanas hasta el día E (de Escape). Aunque ya teníamos algunas salas en mente, nos ayudamos de la opinión de otros bloggers y jugadores de la zona para terminar de pulir nuestro viaje, algo que os recomendamos si queréis sacarle el máximo partido a vuestra experiencia escapista. ¡La información es poder, amigos!
Nuestra primera parada fueron las minas de Hospitalet de Llobregat. A lo largo del trayecto a Barcelona, nos empezó a entrar complejo de Antonio Molina, por lo que pronto sentimos un fuerte impulso de cantar su "Soy minero" a pleno pulmón. Dicho y hecho, tras dejar las maletas en el apartamento, volvimos a coger el coche y nos pusimos rumbo a Unreal. ¡La Mina, allá vamos!
La reserva
La reserva se lleva a cabo a través de la página web de Unreal, en la que podréis ver que esta misma empresa existe ya en otras ciudades como Irun o Terrassa y, próximamente, Madrid (entre otros). Además, encontraréis información de las salas como la edad mínima para poder jugar solo, la edad mínima para jugar acompañado o recomendaciones de calzado y ropa (que parece algo obvio, pero estamos seguros de que más de un tacón se ha paseado por las minas).
Una vez seleccionéis el día y hora de vuestra reserva, tendréis que pagar 30€ a modo de señal. El resto podréis pagarlo en efectivo en el local el día de vuestra partida. Os recomendamos que, si queréis ir en fin de semana, reservéis con tiempo, pues todos los huecos suelen estar ocupados. ¡Por algo será!
Local, historia y objetivo
El local se encuentra a unos seis kilómetros del centro de Barcelona, a escasos metros de la Avinguda de la Granvia, siendo Ildefons Cerdà (Línea 8) la parada de metro más cercana. Nos alojábamos a apenas quince minutos en coche y la verdad es que tuvimos mucha suerte encontrando aparcamiento, por lo que llegamos con tiempo de sobra. Fue entonces cuando aproveché para conocer a Álex 'Zuk', uno de los componentes de Plastic Robots, quien me hizo entrega de la invitación oficial al curso Craft Master Certificate del que os hemos hablado en entradas anteriores mientras el resto del equipo Escapaditos esperaba a la entrada de Unreal. El tiempo se me pasó volando y, cuando me quise dar cuenta, tan solo quedaban un par de minutos hasta la hora de nuestra reserva. ¡Todavía me acuerdo de la carrera que me pegué después para no llegar tarde!
Si de algo nos hemos dado cuenta tras finalizar nuestra ruta por Barcelona, es que, en la mayoría de sus salas de escape, la experiencia comienza prácticamente desde el instante en que entras el local. Y así fue también esta vez. Nada más atravesar la puerta de Unreal, un breve vídeo explicativo nos informó de cuál sería nuestra misión: descubrir cuáles eran los verdaderos motivos por los que la empresa Dunklerde quería reabrir la Mina de St. Louis tras la explosión que hizo que todos sus trabajadores quedaran atrapados allí dentro. ¿Es cierto que su intención era investigar lo que ocurrió y recuperar a las víctimas de la catástrofe? ¿Tendrían algo que ver con ese repentino interés por las minas los rumores sobre una valiosa fuente de minerales en su interior?
Inmediatamente después del vídeo, conocimos a nuestro Game Master, quien nos acompañó hasta la entrada de la mina para desearnos suerte en nuestra aventura. Eso sí, él iba mucho mejor vestido para la ocasión que nosotros. ¿Conseguiríamos tener éxito en nuestra misión sin el uniforme adecuado?
Ambientación y juegos
Desde que pusimos un pie en la habitación tuvimos la sensación de encontrarnos a varios kilómetros bajo tierra. La iluminación y los elementos que fuimos encontrando a nuestro alrededor estaban muy bien incorporados en la sala, dando la impresión de que prácticamente nada parecía estar de pegote. Lo único que nos sacó ligeramente de la partida fue encontrarnos un baño a partir de un punto concreto del juego, pero parece ser algo común en Barcelona incluir el aseo dentro de las salas, precisamente porque no suele haber tiempo para ir antes de que comience la experiencia. Por lo demás, ¡todo era tan real que incluso acabamos con las zapatillas cubiertas de polvo (y, si nos despistamos, de algo más)!
A lo largo de los noventa minutos que dura el juego, fuimos atravesando diferentes zonas de la mina. Algunas de ellas estaban a la vista, mientras que otras permanecían camufladas con el entorno o parecían sitios a los que, a priori, no podríamos acceder. ¡Nada más lejos de la realidad! Al tiempo que pasábamos de una estancia a otra, fuimos recopilando información de lo sucedido con los trabajadores que murieron sepultados en St. Louis. Los enigmas, la mayoría basados en la activación de mecanismos, estaban tan bien hilados unos con otros que apenas tuvimos momentos de bloqueo, a excepción de unos minutos al comienzo de la sala debido a un pequeño despiste en el reseteo de la misma. Por otro lado, estaban tan bien integrados en la temática escogida que nos sentimos auténticos mineros, destacando un par de instantes en los que nos miramos unos a otros preguntándonos si de verdad habría que hacer lo que se nos estaba pasando por la cabeza. ¡Fue una auténtica pasada ponernos en la piel de los trabajadores de St. Louis!
Por no hablar del momento "atracción de parque temático", el cual cumplió nuestras expectativas con respecto a lo que cabría esperar encontrarse en el interior de una mina. Está claro que el creador de la sala lo tuvo todo en cuenta antes de ponerse manos a la obra. Por último, nos gustaría destacar el in crescendo final, el cual nos dejó totalmente descolocados y corriendo como locos a través de la mina para escapar de allí antes de que la falta de oxígeno nos dejase sepultados para siempre. ¡Nos encantan los desenlaces donde todo parece darse la vuelta!
En definitiva, se trata de una experiencia muy divertida en la que incluso grupos de cinco personas se sentirán cómodos jugando. El número de enigmas es elevado (algo lógico teniendo en cuenta que el tiempo que tendréis para resolverlos será de noventa minutos) y, aunque en un principio pueda parecer lineal, pronto podréis repartiros las tareas para ganar tiempo, sobre todo en la parte final del juego.
¿Lo conseguimos?
Aunque casi nos cuesta la vida (el oficio del minero no es sencillo), conseguimos escapar sanos y salvos de las minas de St. Louis y sacar a relucir el verdadero objetivo de la empresa Dunklerde. A la salida volvimos a reunirnos con nuestro Game Master, quien nos hizo entrega de los uniformes y las herramientas de trabajo necesarias para cavar un túnel (botijo incluido) antes de hacernos la fotografía de grupo.
Antes de marcharnos, estuvimos comentando la jugada durante unos minutos y escuchando muy atentamente los pocos detalles que pudo contarnos sobre su próxima sala: Narcos (aquí podéis ver el trailer promocional que ha salido hace apenas unas horas). ¡Visita obligada en nuestra próxima escapada!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La ambientación tan realista de la sala, no se trata de una temática sencilla y han sabido reproducir el interior de una mina a la perfección. Los juegos, especialmente dos de ellos en los que nos sentimos como auténticos mineros teniendo que reproducir su trabajo y hacer cosas que no habríamos creído posibles en una sala de escape (siempre siguiendo las reglas, por supuesto). El carácter tecnológico de la sala, muy bien equilibrado con algunos juegos más clásicos.
- A mejorar: En nuestro caso nos encontramos con un fallo de reseteo en la sala, lo que hizo que no pudiésemos resolver uno de los enigmas para obtener la correspondiente recompensa, sino que el Game Master tuvo que entrar a entregárnosla en persona. Hubo algunos elementos necesarios en uno de los juegos que desentonaban con el resto de decoración en la mina, todo lo demás era tan realista que quizá desentonaba un poco al parecer demasiado "tecnológico" en comparación.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
Calle Barcardi, 32, 08902 Hospitalet de Llobregat
640 70 12 77
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