¿Seréis capaces de encontrar el preciado mineral que se esconde en lo más profundo de Quintana? ¡Cuidado! La Mina esconde peligros que harán que vuestra misión no sea nada sencilla...
Nombre de la empresa: Mina Madrid
Nombre de la sala: Mina de Quintana
Número de jugadores: 2-7 personas (sin opción a combate)
Precio: 68-126€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 90 minutos
Las vacaciones y nuestras andanzas escapistas por Barcelona habían terminado, por lo que ya estábamos de vuelta en Madrid sumergidos en nuestra rutina del día a día: que si laboratorio para arriba, que si gimnasio para abajo, atascos de ida, atascos de vuelta… En fin, mejor no sigo que me deprimo aún más. De alguna forma teníamos que superar esta depresión post-vacacional y darle una alegría al cuerpo y a la mente y ¿qué mejor manera que reservando nuestra plaza en una de las aventuras más esperadas en la capital? Os hablamos, por supuesto, de la Mina de Quintana de Mina Madrid.
La reserva
Si vosotros también os queréis convertir por un día en un minero de la talla de Antonio Molina, podréis hacerlo a través de la página web de Mina Madrid. Para ello, tendréis que seleccionar el día y hora que queréis acudir a la mina, el número de mineros que acudiréis y algunos datos personales para que puedan contactar con vosotros en caso necesario.
Tened en cuenta que a la hora de reservar vuestra plaza únicamente será necesario pagar una señal de 30€, abonando el resto del importe en el local. Eso sí, ¡en efectivo! Que la cobertura todavía no es muy buena en la mina y vuestras tarjetas de crédito os servirán de poco.
Local, historia y objetivo
El local de Mina Madrid se encuentra en el barrio de Quintana, a escasos metros de la estación de metro de Pueblo Nuevo (líneas 5 y 7) y en una zona con numerosas plazas de aparcamiento alrededor. Dado que el día había amanecido muy lluvioso, Paco y yo decidimos ir hasta allí en coche y al llegar a la puerta del local nos encontramos con nuestro artista invitado del día, que no era otro que Nando de Escapar Quiero Escapar, con una puntualidad digna del mejor de los británicos. Enseguida vimos acercarse a Fer (¡como para no verle, si llevaba un chubasquero amarillo cual protagonista de la película de IT!) y nos dirigimos a un restaurante cercano para llenar las barriguitas y coger fuerzas antes de enfrentarnos a nuestra misión.
Una vez llegada la hora de la reserva, llamamos al timbre y nos recibió Enrique, un minero un poco peculiar (suponemos que pasar años bajo tierra sin luz natural o aire fresco dejarían a cualquiera un poco tocado del ala) que enseguida se preocupó por nuestra experiencia como mineros, ya que su objetivo era que nos adentráramos en la centenaria Mina de Quintana para comprobar si los rumores acerca de un valioso mineral que se aloja en su interior son ciertos o no. En caso de encontrar dicho mineral, debíamos llevarlo con nosotros de vuelta hasta la superficie, donde nos repartiríamos los beneficios con Enrique, quien sería nuestro contacto en caso de ayuda durante la misión.
Ambientación y juegos
Nada más poner un pie en el interior de la mina nuestros ojos y bocas se abrieron como platos y es que el nivel de inmersión y ambientación es sencillamente espectacular. Lo primero que llamó nuestra atención fue la iluminación, ya que consigue recrear a la perfección la sensación de encontrarte bajo tierra, pero enseguida nos dimos cuenta de algo mucho mejor y es que con razón en la página web recomiendan ir con calzado y ropa cómoda... ¡estábamos en una mina con arena y polvo! Y "polvo" no en el sentido de suciedad porque allí no hubiese limpiado nadie durante meses, sino utilizado en la cantidad y forma perfecta para dar realismo a la experiencia. ¿Nuestro consejo? Preparaos para mancharos un poco las manos, la ropa o el calzado porque no sólo será inevitable en algunos momentos, sino que también hará que os divirtáis como niños en el parque.
A lo largo de los 90 minutos de experiencia, iréis recorriendo los distintos niveles y galerías que tiene la Mina y, aunque de primeras podáis pensar que una mina puede ser sinónimo de agobio por el hecho de estar bajo tierra o tener que atravesar pasillos estrechos, lo que nosotros vivimos fue todo lo contrario: nos sorprendimos por la amplitud de sus estancias y por la continúa sensación de avanzar y avanzar por las galerías como si aquello no tuviera fin. Además, uno de los puntos fuertes de la sala es la forma en la que tendréis que pasar de unas estancias a otras. ¡Y si no que me lo digan a mí, que en un caso concreto me quedé clavada en el sitio sin poder avanzar porque lo que tenía delante parecía demasiado bueno para ser cierto! ¡Pero lo era y vaya si lo disfruté!
Sin embargo, vuestro avance no será tan sencillo, ya que tendréis que enfrentaros a toda una serie de enigmas para llegar hasta el mineral. En la Mina de Quintana encontraréis un gran número de juegos (bastante superior a la media habitual) pero de dificultad bastante asequible y, sobre todo, muy dinámicos. Esta estrategia lo que consigue es que los jugadores estén continuamente "en flow", es decir, resolviendo juegos (con el consecuente subidón de adrenalina y alegría por haberlo conseguido) y pasando inmediatamente al siguiente reto, por lo que es muy raro vivir momentos largos de parón o tener la sensación de encontrarse estancado. Como podéis imaginar, esto otorga a la experiencia una gran fluidez, convirtiéndola casi más en una aventura en la que eres el protagonista que en un reto mental en el que dejarse todas las neuronas.
Otro de los factores que sin duda tiene mucho peso para aumentar el realismo e inmersión de los jugadores, es que la mayoría de los juegos que hay en la mina son de carácter tecnológico y se encuentran perfectamente integrados en las habitaciones. No encontraréis a vuestro alrededor nada que esté fuera de lugar y en ocasiones será casi imposible distinguir en un primer vistazo los elementos puramente decorativos de los que tienen una finalidad oculta, por lo que no dudéis en inspeccionarlo todo. Como también es de esperar en una mina, no faltarán los juegos de carácter más físico que os obligarán a interactuar con la propia mina de mil y una formas. Estos juegos fueron los que provocaron los momentos más divertidos de toda la tarde, por lo que estamos seguros de que en más de un equipo habrá demasiados voluntarios para hacerlos y lo más difícil de todo no será resolverlos, sino decidir quién lo hace. Ya sabéis, siempre podéis usar la misma estrategia que Fer y yo y echarlo a piedra, papel o tijera. Aunque nosotros lo usemos para algo muy distinto como puede ser evitar las pruebas de mayor terror en una sala... ¡no nos juzguéis, somos unos gallinas!
En resumen, Mina de Quintana se ha convertido, sin duda, en una sala imprescindible para jugar en Madrid tanto si sois expertos escapistas como si lleváis pocas salas a vuestras espaldas, ya que tiene la ventaja de ser uno de los Escape Room de menor dificultad dentro de nuestros preferidos en Madrid. El tamaño de la sala y la cantidad de juegos que hay en ella hace que sea perfecta para grupos de 4-5 jugadores, aunque en función de vuestra experiencia creemos que también podría funcionar para parejas o grupos más grandes. Como veis, no tenéis excusa ya que es perfecta para todo tipo de público.
¿Lo conseguimos?
Aunque nuestros primeros pasos en La Mina fueron algo desastrosos por eso de que tenemos el sentido de la búsqueda algo atrofiado, una vez superado el bache gracias al empujoncito necesario por parte del Game Master, todo fue tan rodado que no volvimos a necesitar la ayuda de Enrique. Conseguimos superar todos los retos que se escondían bajo tierra y, tras un final de infarto que consigue poner la guinda del pastel a la experiencia, conseguimos regresar a la superficie con el mineral en algo menos de una hora. ¡Si parecía que llevásemos horas allí abajo!
Finalmente, nos hicimos la foto de recuerdo, no sin antes pasar por el cuarto de baño para lavarnos las manos y usar los cepillos que tienen a la salida para poder limpiarse el polvo de la ropa y/o calzado. Un ejemplo más de que cada detalle de esta sala ha sido cuidado con mimo y pensando en que los jugadores tengan la mejor experiencia posible.
Por último, aprovechamos los minutos que nos habían sobrado de juego para charlar durante un largo rato con el dueño de esta joya escapista, a su vez Game Master y experimentado jugador, lo que sin duda se ve reflejado en cada rincón de la sala y en su manera de llevar las sesiones de juego. ¿Qué más nos queda por decir? Gracias por traer esta joya a Madrid y, por favor, ¿¿para cuándo la segunda sala??
Valoración y puntuaciones
- A destacar: Sencillamente... TODO. Comenzando con el recibimiento con acting desde el primer segundo y una explicación clara y concisa de las reglas, pasando por una sala con ambientación espectacular y juegos dinámicos, tecnológicos y con efectos sorprendentes, hasta acabar con un final in crescendo y una divertida foto de recuerdo.
- A mejorar: Siendo una sala en la que te gustaría aprovechar cada minuto de juego, lo único que se nos ocurre a mejorar es que se pudieran integrar juegos adicionales o de mayor dificultad para equipos con un gran número de escapes a sus espaldas. ¿Se nota que nos van los retos?
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
Calle de Sambara, 94, 28027 Madrid
636 37 66 90
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