Bárbara ha desaparecido y las investigaciones de su amiga Malory la han embarcado a ella también en un viaje sin retorno. Llegado vuestro turno... ¿conseguiréis descubrir qué le ha pasado a Malory?
Nombre de la empresa: Zigzag Escape Room
Nombre de la sala: La Maldición de Malory
Número de jugadores: 2-6 personas (sin opción a combate)
Precio: 40-90€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 60 minutos
Hacía muchos meses que no veía a mis ex-compañeras de trabajo Alba y Marta (en parte debido a que la primera de ellas había continuado sus andanzas laborales fuera de Madrid), por lo que decidimos reunirnos de nuevo un frío sábado de febrero. Como el día no estaba para muchos paseos por la capital, decidimos buscar alguna actividad para hacer juntas por lo que, palabras textuales de mis ex-compis, ¿"qué mejor opción que un Escape Room cuando el grupo cuenta con una experimentada escapista?". Os podéis imaginar que no hicieron falta muchos esfuerzos para convencerme, sobre todo teniendo en cuenta que tenía muchas de volver a jugar con Alba tras nuestras primeras andanzas en La fuga de Casanova y que con Marta nunca había ido a uno.
Tras buscar con muy poca antelación alguna sala libre para el sábado por la tarde (os adelanto que eso sí que es misión imposible y no la de Tom Cruise), por fin encontramos un hueco en Zigzag Escape Room y su sala La Maldición de Malory, la cual formaba casualmente parte de la ruta escapista Escape a Praga que habíamos comenzado el día anterior en Escape Río con El Testamento del profesor. ¡Tenía que ser una señal del destino!
La reserva
La reserva puede realizarse a través de la página web, en la que simplemente deberéis seleccionar el día de vuestra partida y el número de jugadores. Independientemente de cuántos seáis, habrá que abonar una señal de 20€ en el momento de hacer la reserva, pudiendo pagar el resto en efectivo o con tarjeta en el local. Ya sabéis que esta política es las más habitual en las salas de Madrid, puesto que ayuda a evitar cancelaciones de última hora y que se queden huecos libres que nadie ocupe.
Local, historia y objetivo
El local de ZigZag Escape Room se encuentra en el distrito de Carabanchel y, por tanto, un poco más alejado del centro que la mayoría de salas de Madrid. Sin embargo, llegar hasta allí es muy sencillo y rápido en metro, ya que la parada de Oporto (Líneas 5 y 6) se encuentra a un minuto andando del local. En nuestro caso nos encontrábamos previamente en la zona de La Latina, así que tardamos unos escasos veinte minutos en plantarnos en la puerta. El local se encuentra a pie de calle y es fácilmente reconocible tanto por el gran cartel que lo decora como por sus vivos colores. Una vez llegada la hora de la reserva, llamamos al timbre y salió a recibirnos el Padre Julián, nuestro Game Master, quien nos pidió que le acompañáramos al interior. La primera impresión que nos llevamos fue muy positiva ya que, sin ser un hall excesivamente decorado con la temática de la sala, logran meter al jugador completamente en la historia gracias al ambiente que crean con la iluminación.
El Padre Julián aprovechó para conocernos un poco más y preguntarnos por nuestra experiencia como escapistas mientras guardábamos nuestros objetos personales y pasábamos al baño unos detrás de otros (ya sabéis, los nervios del directo). Tras acordar con él que las pistas podríamos pedirlas nosotros o dárnoslas él cuando viera que estábamos atascados, nos explicó las normas básicas de la sala, nos dio algunas indicaciones de vital importancia que debíamos recordar dentro para finalizar con éxito nuestra misión y nos explicó los extraños acontecimientos que nos habían llevado hasta la puerta de la casa de Malory: Bárbara, amiga de Malory, ha desaparecido en extrañas circunstancias, por lo que ésta ha comenzado una serie de investigaciones para descubrir qué le ha ocurrido. Por desgracia, Malory también ha desaparecido y si queremos saber qué ha sido de ella y poner fin a esta serie de misteriosos acontecimientos, deberemos entrar en su casa y recitar el hechizo adecuado.
Ambientación y juegos
Tras cruzar la puerta vimos que nos encontrábamos en el salón de la casa de Malory, una habitación de tamaño medio con los elementos básicos con los que todos amueblaríamos nuestro propio salón (o, a falta de casa propia, el de nuestros Sims) . La decoración y antigüedad de muchos de los elementos que nos encontramos durante los primeros minutos parecían indicar que la casa de Malory era relativamente antigua, lo que sin duda ayudaba a crear un ambiente mal-rollero y a imaginarnos a nosotros mismos como el típico grupo de amigos de una película de bajo presupuesto que se cuela en una vieja casa esperando encontrar fantasmas en su interior. Con sus puntos fuertes y sus puntos débiles, el nivel de ambientación se mantuvo a lo largo de las distintas habitaciones que visitamos en casa de Malory, permitiendo saber al jugador a qué parte de la casa había accedido nada más entrar en una nueva estancia.
Iniciamos nuestras investigaciones con buen ritmo, resolviendo los primeros enigmas, identificando elementos que creíamos que necesitaríamos para más adelante y encontrando algún que otro objeto bien escondido. Sin embargo, llegado cierto punto, nos encontramos dando vueltas por la habitación sin saber cómo continuar, probando una y otra vez las mismas combinaciones sin éxito. Ya fuese por falta de atención o por ser un grupo que jugaba junto por primera vez sin tener la comunicación del todo bien desarrollada, decidimos pedir ayuda al Padre Julián, quien nos dio la información justa y necesaria para conseguir desbloquearnos y que pudiéramos continuar investigando el paradero de Malory. A partir de ahí el juego fue completamente rodado y, divididos en varios grupos, fuimos resolviendo enigmas por separado y poniendo resultados en común. En concreto, fue realmente divertido cuando Paco se negaba a decir a las personas del grupo con menos experiencia cómo resolver determinados enigmas o para qué utilizar determinados objetos, aunque ellos le insistieran una y otra vez para que se lo dijera. Creemos que el objetivo principal de un Escape Room es divertirse y pasarlo bien todos juntos, por lo que, en caso de que haya jugadores con distintos niveles de experiencia, pensamos que es imprescindible jugar a un ritmo al que todo el mundo se sienta cómodo y esforzarse lo máximo posible para que las personas con menos experiencia se involucren y participen.
La Maldición de Malory es una sala de corte clásico, lo que significa que encontraréis bastantes candados a medida que vayáis avanzando y apenas ningún mecanismo. Los juegos, sin ser excesivamente originales, fueron entretenidos y en la mayoría de casos bastante intuitivos. Como punto de mejora creemos que podría modificarse el diseño de algunos elementos para evitar que se deterioren tan rápidamente o que se rompan con tanta facilidad cuando el jugador los manipula (es la primera vez que rompo algo en una sala y soy una jugadora extremadamente prudente) y mejorar el estado en el que se encuentran otros elementos, ya que nos dio la sensación de que uno de ellos estaba roto y no ejercía su función como debía.
Recomendamos la sala para grupos de 4-5 personas que se estén iniciando en el mundo de los Escape Room, tanto por su carácter clásico como por el número de juegos y su nivel de dificultad. Además, para grupos más pequeños con experiencia y buena comunicación, puede ser una opción interesante si buscan enfrentarse a un reto. Por último, para los amantes del género del terror, aunque la Maldición de Malory cuenta con algunos momentos de cierta tensión, sentimos decir que no es una sala de miedo como tal, al igual que ocurre con el resto de salas de Madrid de temática similar.
¿Lo conseguimos?
Como investigadores de lo paranormal no hay misterio que se nos resista y conseguimos terminar nuestra misión a tiempo y recitar el hechizo adecuado para ayudar a Malory. ¡Fuimos el equipo más rápido de la semana! Antes de marcharnos pudimos repasar algunos de los mejores momentos de la sala con el Padre Julián que, tras deshacerse del alzacuellos, se convirtió en un amabilísimo joven llamado Rubén. Finalmente nos hicimos la foto de recuerdo y pusimos un sello más en nuestro pasaporte de la ruta Escape a Praga.
Valoración y puntuaciones
- A destacar: El ambiente que consiguen crear nada más entrar al local con el juego de luces para mejorar la inmersión del jugador. Juegos intuituivos y un trato excelente por parte del Game Master de principio a fin.
- A mejorar: El estado de algunos de los elementos que encontramos dentro de la sala, parecían bastante deteriorados o rotos. Mayor desarrollo de la historia, ya que durante el juego no se amplía la información y la experiencia acaba siendo un poco plana. Introduccion de algún mecanismo o elemento innovador para dar dinamismo a la sala.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
Calle de la Parra, 41, 28025 Madrid
677 867 076
info@zigzagescaperoom.com
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