Un laboratorio genético ha conseguido dar con la clave de la creación y reproducción de los dinosaurios. Todo parecía ir bien hasta que un fallo en el sistema ha provocado su huida. ¿Seréis capaces de volver a encerrarlos?
Nombre de la empresa: Escape College
Nombre de la sala: Jurassic Lab
Número de jugadores: 4-8 personas (sin opción a combate)
Precio: 80-120€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 75 minutos
El año llegaba a su fin y no se nos ocurría mejor manera de celebrarlo que haciendo una mini ruta escapista. Aunque la primera opción fue un recorrido por las salas de escape de Toledo y alrededores, finalmente decidimos sacarle mayor partido al Escape Game Pass del que os hemos hablado en algunas entradas anteriores. Tras jugar a dos de las salas asociadas (The Temple Box y Castillo Sant'Angelo), íbamos segundos en el ranking, así que aprovechamos para darle caña al campeonato e intentar llevarnos a casa ese premio misterioso que se le entregaría al equipo con mayor puntuación a finales del 2018.
Con esta idea en mente, buscamos aliados que nos ayudasen a conseguirlo y decidimos a qué tres salas nos podríamos enfrentar en menos de veinticuatro horas. ¿La primera de ellas? ¡Jurassic Lab, de Escape College!
La reserva
Reservar a través de la página web de Escape College es muy sencillo. Basta con seleccionar vuestro juego, elegir la sesión que más os convenga y especificar el número de jugadores. No os preocupéis si finalmente sois menos el día en cuestión, pues os ajustarán el precio en función de cuántos seáis cuando vayáis a jugar. Una vez hecho todo esto, vuestra reserva se hará efectiva sin tener que abonar ninguna cantidad de dinero en ese momento, sino que deberéis pagarlo todo en el local (con tarjeta o efectivo) el día de vuestra partida.
Aunque la web cuenta además con un vídeo introductorio para la mayoría de sus juegos, en Jurassic Lab no es así. Sin embargo, encontraréis una descripción por escrito de la sala, así como una serie de peculiaridades con respecto a sus otros juegos como puede ser su duración (75 minutos) o el número mínimo de jugadores (4 personas).
Local, historia y objetivo
El local se encuentra en pleno centro de Madrid, muy cerca de Gran Vía, siendo Santo Domingo (Línea 2) la parada de metro más cercana. Debido a las restricciones en cuanto a circulación y aparcamiento en dicha zona, creemos que la mejor opción para llegar hasta allí es el transporte público. Si es la primera vez que vais, tened en cuenta que la entrada al edifciio se encuentra en el interior de un pasaje, de esta forma no os costará dar con él. Esta vez contábamos con el apoyo de Sara (integrante del equipo Escapaditos), Paco (el novio de María e integrante del equipo Dominion) y el ya archiconocido Nando (de Escapar, quiero escapar). ¡Menuda sorpresa me llevé cuando María me hizo entrega de las sudaderas de Escapa2! Estoy seguro de que, a partir de ahora, las vais a ver en muchas fotografías de grupo.
Una vez se acercaba la hora, subimos las escaleras hasta la puerta de local. Allí tuvimos que esperar, junto a quien supusimos que sería nuestro Game Master, a que llegase el jefe y abriese para poder entrar. Una vez dentro, tuvimos que esperar algún minutillo más a que estuviera todo listo antes de que Pepe confirmase que sería nuestro enlace a lo largo de la expedición y nos condujese de vuelta a las escaleras para llevarnos hasta el otro lado del portal. El hecho de que tuviésemos que ir hasta otra zona habría sido una buena oportunidad para incluir algo de acting que hiciera que los jugadores se fuesen metiendo en la historia, pero la verdad es que nos quedamos con las ganas.
Cuando llegamos a Jurassic Lab, dejamos nuestras cosas y escuchamos atentamente las indicaciones de Pepe. Entre ellas se encontraban las instrucciones relacionadas con el Escape Game Pass, las cuales no parecía tener muy claras, sobre todo lo relacionado con el sistema de pistas. Después de aquello, nos contó que estábamos a punto de acceder a un laboratorio genético encargado de la creación y reproducción de dinosaurios. Estas fantásticas pero peligrosas criaturas habían logrado escapar del parque en el que permanecían bajo observación científica, por lo que teníamos una hora y cuarto para solucionar el problema y salvar a la humanidad de una muerte casi segura.
Ambientación y juegos
Aunque esperábamos entrar directamente en un laboratorio, la realidad es que comenzamos nuestra andadura en un sitio muy diferente. Si queríamos acceder a él debíamos ganárnoslo, así que tuvimos que resolver algunos juegos previos en una localización muy bien ambientada. Al menos nos sorprendió encontrarnos con ciertos elementos decorativos que le daban un toque diferente al espacio en el que estábamos. Los juegos en esta zona no son demasiado complicados, a pesar de que uno de los objetos pudiese estar bien escondido para la gente menos experimentada, seguro que las mentes escapistas pronto localizan el escondite. En esta parte nos dividimos en dos pequeños grupos, así que mientras Nando y yo íbamos recopilando objetos, los demás se dedicaron a resolver el enigma que nos permitría entrar en el laboratrio.
Una vez dentro, la ambientación es la propia de una temática así, quizá algo ya demasiado vista en otras salas, por lo que no llegó a sorprendernos en ese aspecto. La complejidad de los enigmas fue aumentando a medida que fuimos avanzando y pronto entendimos el porqué del número mínimo de jugadores permitidos en la sala. A partir de ese momento, trabajamos más unidos, enfrentándonos a una serie de juegos clásicos combinados perfectamente con otros más mecánicos en función de la zona en la que estuviésemos. Una de ellas contaba con un mayor número de juegos basados en la obtención de códigos y apertura de candados, mientras que en la otra predominaban los juegos con carácter tecnológico. Obviamente, este tipo de pruebas siempre conlleva cierto riesgo, pues al fin y al cabo su correcto funcionamiento no depende siempre del Game Master. Lamentablemente, esta fue una de esas ocasiones.
Hacia el final del juego, Nando y yo nos centramos en una de las pruebas mientras los demás buscaban cierto elemento vital para salir de allí. Aunque desde el principio parecíamos tener claro lo que teníamos que hacer, por más que lo intentábamos no conseguíamos nada. A través del monitor recibimos por escrito indicaciones de Pepe que nos animaban a afinar un poco más nuestra estrategia. Aquello seguía sin funcionar y Pepe parecía haber sido devorado por un T-Rex porque dejamos de recibir respuesta. Estábamos tan frustrados viendo el tiempo pasar que Nando estuvo a punto de quedarse sentado en el suelo a que terminara la hora y cuarto. De repente, escuchamos que la puerta se abría y Pepe entraba en la sala para comprobar que, efectivamente, aquel mecanismo en concreto había fallado. Tras ponerle remedio, volvió a dejarnos solos para que terminásemos el juego.
¿Lo conseguimos?
A pesar de que nuestro ánimo decayó bastante tras el incidente con aquel mecanismo que no quiso funcionar, conseguimos nuestro objetivo batiendo el récord de la sala. Nos gustaría aclarar que ese bajón final no tuvo su origen en el hecho de que el Game Master tuviese que entrar en la sala, sino más bien por el tiempo que tardó en hacernos caso y la actitud con la que entró. ¡Ante esas situaciones lo mejor es tirar del acting para quitarle hierro al asunto! Una bata, un poquito de pintura roja en el carrillo como si te hubieses llevado un mordisquito de un velocirraptor y aquí paz y después gloria. ¡Que no pasa nada!
Una vez de vuelta en el local principal, nos hicieron entrega de un vale por una sala gratis al haber batido el récord y un folleto donde sellar las salas que fuésemos haciendo de forma que la quinta nos saliese gratis. En este momento también hubo bastante lío al respecto, pues parecía que ni ellos mismos se aclaraban con el tema. Antes de marcharnos, tuvimos un interesante debate sobre lo diferente que pasa el tiempo para un jugador y su Game Master cuando alguien acaba frustrado por un juego. Aunque nosotros estábamos seguros de que fueron al menos diez minutos (básicamente porque lo vimos en el cronómetro del interior de la sala), Pepe nos aseguraba que no habían sido más de dos... Ejem... ¡Eso sí que fue Matrix y lo demás tonterías!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La localización inicial del juego, nos sorprendió gratamente no empezar directamente en el interior de un laboratorio. La presencia de un elevado número de mecanismos que aportan dinamismo a la experiencia.
- A mejorar: Aprovechando que para entrar en la sala hay que ir a otra zona, estaría bien incluir algo de acting tanto al comienzo del juego como si el Game Master tuviese que acceder a la sala. La calidad de la fotografía final de grupo, deja mucho que desear en comparación con otras salas de Madrid.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
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