El doctor Noah ha desaparecido en su última expedición, por lo que debéis acudir a la lectura de su testamento como buenos sobrinos que sois. Tened cuidado, haceros con su herencia puede ser más dificil de lo que parece.
Nombre de la empresa: Escape Río
Nombre de la sala: El Testamento del profesor
Número de jugadores: 2-6 personas (sin opción a combate)
Precio: 50-90€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 70 minutos
¡Los Plastic Robot estaban de vuelta en la capital! Aunque en esta ocasión serían EscaZapistas los encargados de acudir como blog invitado al curso Craft Master Certificate organizado por Álex y Deby, hicimos una rápida visita a los alumnos de esta edición para, junto a Nando de Escapar, quiero escapar, hablarles de la importancia que tiene para nosotros contar con un buen Game Master en la sala. Teniendo en cuenta que a media tarde habíamos terminado nuestra intervención en el curso, ¿os imagináis que podríamos hacer a partir de entonces sin más planes para el resto del día? ¡Exacto: activar nuestra alarma escapsta y buscar un Escape Room!
Aunque no fue tarea fácil encontrar una sala que ninguno hubiésemos jugado previamente, finalmente dimos con El Testamento del profesor, de Escape Río. Se trataba de un local que tan solo llevaba abierto unos cuatros o cinco meses y que además nos quedaba relativamente cerca. ¡No se hable más! En cuestión de minutos ya estábamos listos para ir en busca de la herencia perdida.
La reserva
La reserva para asistir a la lectura del testamento del profesor Noah podéis hacerla a través de la página web de Escape Río, donde deberéis indicar cuántas personas acudiréis y así aseguraros de que ninguno de vosotros se queda sin su asiento en primera fila. ¡Ya sabéis que el dinero vuela! Una vez hecho esto, será necesario abonar una señal inicial de 20€, pudiendo pagar el resto del importe en efectivo o con tarjeta en el local.
Local, historia y objetivo
El local, como su propio nombre indica, se encuentra en la zona de Madrid Río, concretamente a la altura de Príncipe Pío, por lo que si decidís ir en transporte público (Cercanías Linea C1, C7 y C10 y Metro Líneas 6 y 10) estaréis a un minuto andando del local. En nuestro caso, que fuimos en coche, no tuvimos ningún problema para aparcar en una calle cercana en la que nos dijeron que suele ser muy habitual encontrar aparcamiento. Lamentablemente, no podemos decir lo mismo sobre sacar el ticket del parquímetro. Si hubiese sido el Escape Room, jamás habríamos acabado a tiempo. Justo en ese momento se nos unió Paco al grupo que, al oír hablar de que su novia iba a recibir una herencia, no quiso perderse detalle. ¡Menudo morro tiene el tío!
Escape Río se encuentra a pie de calle y, aunque nosotros no vimos grandes distintivos con su nombre (quizá porque era de noche), os aseguro que el código QR que hay en la puerta no os pasará inadvertido. Tras debatir durante unos minutos si dicho código era la primera prueba antes de entrar o si debíamos llamar al timbre o esperar algún minuto más, Pedro decidió apiadarse de nosotros abriéndonos la puerta e invitándonos a pasar al interior. El hall en el que nos encontramos a continuacion nos sorprendió enormemente, no solo por su gran tamaño (Pedro nos explicó que parte de aquel espacio estaría destinado en el futuro a una segunda sala), sino también por su acabado, o mejor dicho... su no-acabado. Como os decíamos antes, Escape Río ha abierto sus puertas recientemente, por lo que algunos de sus detalles no están del todo terminados. Aunque esteticamente esto no sea la mejor opción para los clientes, os aseguramos que no es extensivo a su sala y que dentro de El Testamento del profesor no encontraréis ni un solo detalle que no esté perfectamente pulido.
Tras ponernos cómodos y charlar con Pedro para conocer un poco más sobre nuestra experiencia como escapistas, pasó a contarnos las principales normas de seguridad e instrucciones del juego, de las que nos llamaron la atención dos de ellas por no ser tan habituales: algunos objetos los tendríamos que usar más de una vez y, además, en la pantalla en la que se nos mostraría el tiempo y las pistas tendríamos un indicador del porcentaje de la sala que llevásemos resuelto en cada momento. ¡Qué interesante! Por fin llegó la hora de lectura del testamento, por lo que Pedro nos acompañó a la puerta del despacho y nos recordó el motivo por el que estábamos allí: El profesor Noah ha desaparecido durante su última expedición arqueológica, por lo que su abogado ha reunido a la familia y allegados para proceder a la lectura de su testamento. Debéis entrar en el despacho del profesor y seguir sus indicaciones si queréis conseguir la herencia.
Ambientación y juegos
Una vez en el interior, vimos que el despacho del profesor tenía un buen tamaño a pesar de ser inferior al de una habitación estándar en este tipo de juegos y que se encontraba decorado con elementos tanto de su vida profesional como arqueólogo como de sus asuntos más privados (está mal que diga esto sobre mi propio tío, pero como es un familiar lejano se me perdona: ¡menudo pivonazo!). Sin llegar a tratarse de una estancia excesivamente recargada, teníamos alrededor muchos elementos que investigar, por lo que nos dividimos y nos pusimos manos a la obra.
Tuvimos la sensación de que nuestros primeros avances fueron un poco lentos dado que nos costaba relacionar algunos de los objetos que había en la sala o entender cómo utilizarlos exactamente. Se trata de una sala en la que todos los elementos están enlazados y su uso y asociación es perfectamente lógico; sin embargo, tuvimos la sensación de que la lógica que se requiere para resolver los enigmas va un paso más allá respecto a la gran mayoría de salas que hemos jugado. Con esto queremos recomendar que tengáis paciencia a la hora de probar y resolver los juegos, y que estéis muy atentos a lo que pasa a vuestro alrededor cada vez que hagáis algo, ya que la propia sala os dará indicios sobre si vais o no por el buen camino hasta tal punto que os parecerá que os comunicáis con ella y que es un miembro más del equipo. Nos gustaría felicitar con mayúsculas por esto a los creadores, ya que hasta la fecha no habíamos jugado una sala que incluyera un proceso de aprendizaje tan importante dentro de la misma. Una vez entendimos el estilo de juego, nos lo pasamos como enanos viendo las reacciones que había a nuestro alrededor.
Respecto a los juegos que encontraréis, exceptuando un par de ellos de corte clásico, el resto son de tipo mecánico. Todos los mecanismos funcionaron a la perfección y estamos seguros de que más de uno os dejará boquiabiertos, tanto por lo llamativos que son como por haber conseguido innovar y dar una vuelta de tuerca a juegos que todos conocemos y que hemos jugado numerosas veces a lo largo de nuestra vida. Los juegos se encuentran integrados con la historia (la cual, como en todo buen libro, se vuelve mucho más compleja a medida que avanza) hasta tal punto que en cierto momento decidimos no continuar haciendo una determinada cosa para evitar la consecuencia que ello tendría en la historia. Menos mal que Pedro estaba atento a todos nuestros pasos y nos animó a continuar o todavía seguiríamos encerrados en el despacho.
Como ya os habréis imaginado, el nivel de dificultad es algo superior al que encontraréis en la mayoría de salas, por lo que no la recomendamos para grupos con poca experiencia. En cuanto al número de jugadores, dado que la dificultad radica en entender la lógica de los juegos más que en tener que resolver un elevado número de ellos, creemos que tampoco es necesario un grupo excesivamente grande (lo cual también desaconsejamos por motivos de espacio).
¿Lo conseguimos?
Tras un final in crescendo lleno de sorpresas y giros inesperados (no dejábamos de mirarnos los unos a los otros preguntándos qué sería lo siguiente en ocurrir), conseguimos resolver el misterio del profesor Noah y hacernos con una buena suma de dinero... ¡en el menor tiempo hasta el momento! Si es que cuando hay dinerillo de por medio no hay quien nos gane.
A la salida pudimos hablar largo y tendido con Pedro sobre las cosas que más nos habían gustado y sorprendido sobre la sala, y repasamos juntos la historia y como ésta encajaba con todo lo que nosotros habíamos ido haciendo a lo largo del juego. Por último, Pedro nos comentó que su sala forma parte de una ruta que ha dado el pistoletazo de salida hace muy poco, Escape a Praga, y en la que el premio para el ganador será, efectivamente, un viaje a la capital checa para dos personas. Aunque la página web todavía no está disponible, ya podéis conseguir y empezar a sellar vuestro pasaporte en cualquiera de las seis salas asociadas: 59:59 Escape, Escape Río, Esfinge, Linked Minds, Pandora Room y Zigzag..
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La complejidad de la historia, la cual consiguen integrar en la sala sin utilizar textos largos que despisten al jugador. Las claves de humor presentes a lo largo de todo el juego y lo bien aprovechado que está el espacio. La originalidad de algunos enigmas y elementos necesarios para resolverlos, especialmente la manera en la que la sala responde cuando los jugadores realizan determinadas acciones. El uso de luces y sonido a lo largo de toda la experiencia en concordancia a lo que está sucediendo.
- A mejorar: El acabado de la recepción que, aunque no es un reflejo de la sala, puede llegar a causar una mala impresión inicial. Conseguir explicar un poco mejor la historia a medida que se está jugando, ya que algunos detalles se pierden y es una verdadera lástima. Aunque la ambientación es buena, creemos que diseñarla de una forma más realista podría convertir a El Testamento del profesor en una sala redonda y de las imprescindibles en Madrid.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
Calle Ilustración, 13, 28008 Madrid
escape.rio.madrid@gmail.com