La hija del ministro, de tan solo nueve años, ha sido secuestrada. En vuestras manos está encontrarla con vida o que su muerte sea retransmitida en directo por todos los canales de televisión del país.
Nombre de la empresa: Cubick
Nombre de la sala: El Secuestro
Número de jugadores: 2-7 personas (sin opción a combate)
Precio: 66-112€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 80 minutos
El primer día de nuestra ruta por la ciudad condal había acabado por todo lo alto. Además del subidón de adrenalina que experimentamos tras salir de The Darkness, las cinco pizzas que nos comimos de madrugada contribuyeron (muy favorablemente) a ponerle la guinda al pastel. ¡La comida basura a modo de celebración nunca falla!
Nada más despertarnos a la mañana siguiente, nos preguntamos qué nos depararía la jornada. Fuese lo que fuese esta vez, necesitábamos reponer fuerzas antes de dirigirnos a Mataró y enfrentarnos a la primera de las tres salas que teníamos por delante aquel día: El Secuestro, de Cubick. Dicho y hecho, decidimos parar a desayunar en una cafetería del centro de Barcelona y llenar nuestro cerebro de cafeína y azúcar para que las neuronas estuviesen más despiertas que nosotros a aquellas horas. ¡Ahora sí, ya estábamos listos para lo que se nos viniese encima! O eso creíamos....
La reserva
La reserva se lleva a cabo a través de la página web. En ella veréis que, aunque el número de jugadores permitidos en la sala es de 2-7 personas, para disfrutar al máximo de la experiencia no se recomienda ni lo uno ni lo otro a menos que tengáis cierta soltura o seáis un grupo numeroso capaz de organizarse mejor que una huelga de metro.
Una vez seleccionado el día y la hora de vuestra partida, solo os quedará abonar el 50% de la cantidad total para hacer efectiva la reserva. El resto tendréis que pagarlo en efectivo una vez salgáis de la sala (si es que no morís de estrés en el intento).
Local, historia y objetivo
El local se encuentra junto a la estación de tren de Mataró (Línea R1), por lo que puede ser una buena opción para llegar desde Barcelona si preferís usar el transporte público. Tras conseguir aparcar a pocos metros del local (en el parking de la estación es gratuito), y viendo que el tiempo se nos había echado un poco encima, salimos corriendo hacia la puerta de Cubick como si todavía estuviésemos en el hogar de los Becker y rellenamos el formulario que encontramos en la entrada. Al igual que en su otra sala, La Entrevista, todo apuntaba a que la experiencia comenzaría nada más atravesar la puerta. ¡Y así fue!
Al otro lado nos estaba esperando el agente encargado del caso que tenía a todo el país en vilo. Tras entregar el formulario con nuestros datos y dejar las mochilas en las taquillas, pasó a explicarnos la delicada situación sin salirse ni un solo segundo de su inquietante papel: María, la hija de nueve años de un importante ministro, llevaba un mes desaparecida y la policía seguía sin contar con una sola pista sobre su paradero. Sin embargo, hacía unas horas su secuestrador había hackeado la señal de televisión de varios canales para revelar el escondite de la niña y retar a las mejores mentes a encontrarla. Eso sí, si desobedecíamos alguna de sus normas, María acabaría siendo asesinada en directo. ¡Sin presión, eh!
Una vez tuvimos claro nuestro objetivo, avanzamos hasta el final del pasillo y nos dirigimos hacia la ubicación entregada por el secuestrador: la parte superior del edificio. Un solo paso en falso y la muerte de María acabaría pesando sobre nuestras conciencias durante el resto de nuestras vidas.
Ambientación y juegos
Lo primero que nos llamó la atención fue la forma en que llegamos hasta la casilla de salida. Nos pareció algo sencillo pero muy efectivo, si bien es cierto que a lo largo de lo que nos quedaba de ruta terminaríamos encontrándonos con un mecanismo muy similar en otra de las salas. Una vez allí, nos vimos abandonados a nuestra suerte en medio de lo que parecía una vieja fábrica abandonada. La ambientación estaba muy lograda y daba la sensación de que todo a nuestro alrededor estaba sucio y oxidado. No nos habría extrañado que de repente nos hubiese caído encima un compuesto químico y nuestra ropa hubiese acabado desintegrada por algún ácido. Esta misma temática se mantuvo a lo largo de las salas a las que fuimos accediendo en busca de María, siendo ligeramente diferente hacia el final de la partida en consonancia con la estancia a la que acabamos entrando para intentar salvar a la niña.
Aunque empezamos algo lentos debido a que uno de los elementos que formaba parte de un enigma nos despistó demasiado (por su configuración creíamos que nos tenía que dar una información que nunca llegaba), pronto cogimos ritmo y empezamos a comprender que si queríamos acabar con éxito la misión teníamos que centrarnos fundamentalmente en dos cosas: observación y búsqueda. Tenéis que tener los ojos bien abiertos en todo momento y fijaros en todos los detalles, pues nunca sabréis cuándo os pueden hacer falta. Además, tendréis que ser muy minuciosos rastreando cada rincón de las salas en las que entréis, pues habrá muchos objetos escondidos a conciencia, especialmente en una de las habitaciones. ¡Menos mal que Sara y Manu siempre lo encuentran todo!
Se trata de una sala en la que predominan los juegos de corte clásico basados en la apertura de candados, aunque también cuenta con algún mecanismo que nos dejó con la boca abierta al no esperarnos que aquello fuese a suceder. ¡Está claro que la especialidad de la casa es el engaño! Y es que aquel momento no fue el único en el que jugaron con nuestras mentes, pues si por algo se caracteriza Cubick es por saber darle siempre una vuelta de tuerca a la historia de forma magistral y El Secuestro no iba a ser menos.
A diferencia de otras salas, el Game Master estará muy presente a lo largo de toda la partida y no ayudará a calmar vuestros nervios, precisamente. Tanto es así que, durante los últimos cinco minutos de juego, acabamos tirándonos los unos a los otros de los pelos, corriendo de un lado a otro y gritándonos como solo en una sala de Cubick te podrías gritar con tus compañeros. ¡Chicos, os I love you de todas formas, eh! Un final apoteósico que os subirá las pulsaciones al máximo y hará que salgáis de allí echando humo por las orejas. ¡Habiendo salas así para qué queremos una montaña rusa!
¿Lo conseguimos?
No solo lo conseguimos, sino que además logramos salir todos sanos y salvos de aquel edificio a pesar de que estuvimos a punto de asesinarnos unos a otros. Tan solo nos sobraron unos segundos, así que imaginad por dónde teníamos el nivel de adrenalina nuevamente. A la salida estuvimos hablando con nuestro Game Master, quien confesó habérselo pasado muy bien viéndonos fuera de nuestras casillas al final de la partida. Antes de hacernos la fotografía de grupo (una de mis favoritas hasta el momento), nos recomendó otras salas de Barcelona y alrededores para nuestra próxima visita además de ponernos los dientes largos sobre nuestra siguiente sala del día.
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La capacidad de Cubick para saber darle un giro de guión a sus historias, aunque es cierto que, si previamente has jugado a La Entrevista, es posible que no te sorprenda tanto. Una ambientación muy lograda, incluyendo algún mecanismo que dio lugar a algo que no esperábamos. El papel del Game Master durante todo el juego, formando parte activa de la sala.
- A mejorar: Hubo un par de elementos relacionados con la resolución de ciertos enigmas que nos despistaron un poco pensando que servían para algo aunque, finalmente, no fuese así.
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
Datos de contacto:
Calle Cooperativa, 77 Bajo 2º, 08302 Mataró
636 027 089
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