Las desapariciones en este inquietante bosque son cada vez más frecuentes y la única forma de sobrevivir parece ser esconderse. Si te atreves a entrar, olvida todo lo que te contaron: aquí los cuentos no son como te hicieron creer...
Uno de los aspectos que más echamos en falta en la salas de escape de Madrid con respecto a otras ciudades en las que hemos estado es ese factor miedo que tantos jugadores llevamos tiempo reclamando. Por esa razón, cuando supimos que un nuevo local que apostaba de lleno por este género estaba a punto de abrir sus puertas en la capital, nos volvimos locos de emoción. Más aún cuando poco después nos enteramos de que los cabecillas de todo esto serían unos blogueros a los que seguíamos la pista desde que comenzamos nuestrra andadura en el mundo escapista: El Goblin Lerdo.
Lo único que sabíamos era que la temática estaría relacionada con los cuentos infantiles que todos conocemos contados desde un punto de vista mucho menos... happy flower. ¡Imaginaos qué hype llevábamos cuando a mediados de marzo recibimos por fin su invitación para hacer uno de los primeros pases de su sala!
La reserva
Es imporante que a la hora de hacer la reserva a través de la página web prestéis atención a las cuestiones que se os plantean. Lo primero que podréis elegir será vuestro modo de juego: fairytale (modo tensión) o pesadilla (terror a tope). Debéis tener en cuenta que la versión pesadilla no estará disponible para sesiones a partir de las 22:00h. Una vez hecho esto, tendréis que contestar a algunas preguntas relacionadas con el número de salas que lleváis hechas, si aceptáis el uso de efectos especiales como humo o luces estroboscópicas e, incluso, si tenéis problemas de visión o alergias alimentarias de algún tipo. ¡No preguntéis por qué, lo mejor de todo esto es descubrirlo in situ!
Por último, tendréis que abonar una señal de 30€ para hacer efectiva la reserva. El resto podréis pagarlo en el local el día de vuestra partida... si es que vivís para contarlo.
Local, historia y objetivo
El local se encuentra en el barrio de Palos de la Frontera, situado entre varias estaciones de metro como Embajadores (Línea 3 y C5 de Renfe), Palos de la Frontera (Línea 3) o La Estación del Arte (Línea 1). Se trata de una zona de pago a la que se puede acceder en coche y en la que no parece ser muy complicado encontrar aparcamiento (al menos el día que fuimos nosotros vimos varios sitios libres). A pesar de ello, como no estábamos muy familiarizados con el barrio, decidimos ir en transporte público. Enseguida distinguiréis el local gracias al enorme lobo dibujado en la fachada. En la puerta del local, Manu y yo nos encontramos con María y Paco, quienes habían tenido tiempo de comprarnos unas botellas de agua salvándonos la vida. ¡Correr da mucha sed!
Ni siquiera habíamos atravesado la puerta cuando me llevé el primer susto, y es que la tablilla que sujetaba las hojas que teníamos que cumplimentar antes de entrar se cayó al suelo a mis espaldas como por arte de magia. ¡Vale, sí, soy muy susceptible! Un vez que las hojas estuvieron rellenas con nuestros datos, llamamos al timbre. Y volvimos a llamar... Fue un momento bastante cómico pues, aunque la puerta emitía el típico sonido de que había sido abierta a través de un telefonillo, no había forma de atravesarla. Ya estábamos a punto de meternos en el papel y comenzar a soplar y soplar como si quisiéramos derribar la casa de ladrillo de Los Tres Cerditos, cuando Eli nos abrió manualmente la puerta. La idea es que el jugador entre por su cuenta, así que enseguida nos dejó de nuevo a solas como si nada de aquello hubiese pasado. ¡Cosas del directo!
Una vez dentro, dejamos nuestras cosas en un arcón y recibimos instrucciones por escrito de nuestro siguiente paso. La tensión se respiraba en el ambiente a medida que íbamos accediendo al bosque, donde se nos hizo partícipe de una forma magistral de todo cuanto estaba sucediendo allí: los habitantes de aquel lugar estaban desapareciendo sin dejar rastro. Personajes de cuentos que lo único que dejaban atrás eran gritos desesperados pidiendo auxilio. Nadie sabía qué estaba ocurriendo, pero la única forma de salir vivo de allí parecía ser escondiéndose. ¿Conseguiríamos resolver el misterio o acabaríamos siendo cuatro víctimas más del bosque...?
Ambientación y juegos
Seguramente cuando terminéis de leer este apartado entenderéis por qué El Bosque se ha convertido en una de nuestras salas favoritas de Madrid. La ambientación es tan espectacular de principio a fin que no querréis marcharos de allí por mucho miedo que paséis durante la partida. ¡Y ya os aseguramos que si habéis elegido el modo Pesadilla lo vais a pasar! Nada más poner un pie en la primera habitación, tuvimos la sensación de encontrarnos perdidos en mitad de un bosque real en el que no faltaba detalle. Mirásemos hacia donde mirásemos estábamos rodeados de vegetación, con un sonido ambiental y un juego de luces que ya desde el pricipio consiguió ponernos la piel de gallina a más de uno. Además, si prestáis atención a vuestro alrededor, pronto os daréis cuenta de que El Bosque esconde mucha más vida de la que parecía en un principio... ¡No os podréis fiar ni de vuestra sombra!
Generalmente, no suele ser fácil mantener un nivel espectacular de ambientación e inmersión a lo largo de todas las estancias que conforman un juego de escape; sin embargo, El Bosque es la excepción que confirma la regla. Aún teniendo una extensión y un tamaño superiores a la media en la capital, cada una de las muchas habitaciones por la que iréis pasando está perfectamente decorada y os recordarán a algunos de los cuentos que tantas veces os habrán contado cuando érais pequeños. Con todo y con ello, no olvidéis que esas historias aquí no tienen un final feliz y cualquier paso en falso puede suponer vuestra perdición.
En cuanto a los juegos, encontraréis de todo. Y cuando decimos "de todo" es... ¡de todo! Mecanismos, candados, jugos más físicos, pruebas de valor... Es casi como si los chicos de Mindtrap se hubiesen sentado una tarde a diseñar los enigmas, hubiesen puesto en común aquellos que más les habían gustado durante su etapa como blogueros y hubiesen decidido incluirlos todos al mismo tiempo dándoles un toque personal que los hiciese diferentes al resto. Dicho esto, podréis imaginar que no serán pocos los juegos que tendréis que resolver, aunque la dificultad de los mismos está perfectamente nivelada para que la típica sensación de frustración no tenga cabida y garantizar así un juego fluido para todos los jugadores. Eso si el miedo no os paraliza antes... Además de las presencias extrañas que aparecerán constantemente por donde menos os penséis (todavía recuerdo el golpe que me dí en el culo cuando me caí hacia atrás del susto que me llevé una de las veces), os parecerá que las mismas salas tienen vida propia. Gracias al uso de diversos efectos especiales y la estructura de algunos de los pasajes que tendréis que atravesar, os dará la sensación de estar protagonizando una película de terror en más de una ocasión. Tanto es así, que estamos seguros de que os lo pensaréis dos veces antes de poner el pie en una nueva estancia.
Antes de acabar, nos gustaría destacar un par de juegos que nos parecieron muy originales e hicieron que la experiencia fuese mucho más realista. No os podemos decir en qué consistían exactamente para no estropearos la sorpresa, solo diremos que uno de ellos fue totalmente novedoso para la mayoría de los componentes del grupo y que, aunque yo había hecho algo parecido en otra sala fuera de Madrid, aquí van un paso más allá e, inocente de mí, pequé de avaricioso. ¡Tranquilos, tuve mi merecido, aunque María también! En cuanto al otro, a pesar de tener problemas técnicos ese día y no poder disfrutarlo al 100% a causa de un fallo en el mecanismo y la configuración del juego, nos hizo vivir una situación bastante peculiar que le da un toque especial a cualquir experiencia de terror. ¡Por no hablar de ese final de infarto, donde nos vimos corriendo de un lado a otro para salvar nuestra vida! Lástima que no todos consiguiésemos salir intactos...
En definitiva, El Bosque se ha convertido en una de las salas imprescindibles en la capital, ya sea en su modo Fairytale para disfrutar de una magnífica ambientación y un conjunto de juegos muy divertidos como en su versión Pesadilla para cualquier amante del terror. Como os decimos, hay mucho por hacer, por lo que grupos numerosos puden dividirse perfectamente el trabajo sin que nadie se quede sin hacer nada. Aún así, creemos que el número idóneo para disfrutar al máximo de la experiencia es de cuatro a cinco jugadores. ¿Conseguiréis salir todos de una pieza?
¿Lo conseguimos?
La sala está pensada con un tiempo límite de 80 minutos y los que sobrevivimos (algunos perecieron entre la vegetación) la acabamos en un total de 90, siendo uno de los grupos más rápidos hasta el momento. Sin embargo, cuando fuimos todavía estaban ajustando el nivel de terror, por lo que ahora que están abiertos al público estamos seguros de que lo habrán perfeccionado para que consigáis vuestro objetivo dentro de tiempo. Aún así ya os adelantamos que no es una sala nada sencilla debido a su extensión, por lo que tenéis que ir con las pilas bien cargadas.
Una vez fuera, y recuperándonos aún del sprint final, nos encontramos con una grata sorpresa. ¡Nando, de Escapar, quiero escapar, nos había estado viendo jugar a través de las cámaras! Junto a él y los chicos de Mindtrap, estuvimos comentando posteriormente la partida. Aunque empezamos en una pequeña salita entre bebidas y algo para picar, acabamos de nuevo en el bosque recordando algunos de los momentos más divertidos que habíamos vivido dentro. ¡Ya os dijimos que no querréis salir de allí!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La ambientación e inmersión tan lograda desde que entras hasta que sales del bosque; la originalidad y variedad de los enigmas, no hay nada repetitivo y garantiza una partida muy fluida y divertida; el hecho de que por fin una empresa haya optado por incluir el terror propiamente dicho en una de sus salas.
- A mejorar: Creemos que la sala en sí es tan buena que pocas cosas podemos aportar en este apartado, únicamente los vimos un poco nerviosos cada vez que intervenían en el juego, pero es algo normal teniendo en cuenta que éramos de sus primeros grupos en modo terror. ¡Ahora lo tendrán más que controlado! Quizá también la coordinación de música y luces a causa de esos nervios, que nos volvió un poco locos a veces sin saber hacia dónde ir.
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