Trabajo en equipo, observación, ingenio y… ¡mucha magia! Esos son los ingredientes que necesitaréis para romper el hechizo y escapar del aula de pociones en la que os han encerrado.
Nombre de la empresa: Los Escapistas
Nombre de la sala: El aula de Pociones
Número de jugadores: 2-6 personas (sin opción a combate)
Precio: 78€ por sala
Duración: 60 minutos
Harry Potter: The Exhibition había llegado a Madrid y, como fans de esta saga, el equipo Dominion (del que os he hablado en reseñas anteriores) junto a mi hermano, no podíamos dejar pasar la oportunidad y sacamos entradas para un frío sábado de noviembre por la tarde. Fue entonces cuando se me ocurrió una idea… ¡mágica! (perdonadme el chascarrillo, era demasiado tentador no incluirlo): “¿Y si antes de ir a la exposición hacíamos el Escape Room “Aula de Pociones” ambientado en una escuela de Magia?”.
Y así fue, amigos y amigas, cómo nació nuestro particular Harry Potter’s Day, no apto para muggles.
La reserva
La reserva la hice con bastante antelación a través de la página web (la cual tiene un diseño realmente divertido) ya que es una sala que suele estar siempre ocupada. En este caso, el precio es independiente del número de jugadores por lo que quizá es algo a tener en cuenta si pensáis ir un grupo reducido ya que la experiencia se puede encarecer.
Local, historia y objetivo
El local de Los Escapistas se encuentra en la zona de Chamartín (metro más cercano: Plaza de Castilla –Líneas 1, 9 y 10 o Ventilla –Línea 9) un poco más alejado del centro de lo que estamos acostumbrados pero, en este caso, perfecto para todos los que vivimos en la zona Norte de Madrid.
Una vez llegamos al local, el cual cuenta con un hall muy espacioso, nos recibió nuestro Game Master. Tras invitarnos a ponernos cómodos en un sofá, nos explicó la mecánica de la sala y sus normas básicas, explicándonos que tanto el tiempo como las pistas se verían a través de una pantalla siempre y cuando nos pusiéramos todo el grupo de acuerdo para pedir la pista e hiciéramos un ritual todos juntos. ¡Qué vergüenza! ¡Hay que avisar de esas cosas con tiempo para llevar una pequeña actuación preparada!
Bromas aparte, por fin llegó uno de los momentos más esperados por todos: debíamos ponernos nuestras túnicas de magos, algo imprescindible como estudiantes de la escuela de Magia que seríamos ese día. A continuación, nuestro Game Master nos pidió que avanzásemos hasta rodear el misterioso farol que encontraríamos al pie de las escaleras. Temerosos, seguimos sus indicaciones y esperamos a oscuras hasta que una misteriosa presencia nos reveló que el profesor de pociones nos había encerrado en su aula de la escuela de Magia para impedir que jugásemos un partido decisivo y así dar la victoria a su equipo. Tendríamos 60 minutos para conseguir escapar del aula de pociones y llegar al partido o nuestro equipo perdería tras meses de duro entrenamiento.
Ambientación y juegos
Lo siguiente que recuerdo es que parecía haberme teletransportado al mismísimo Colegio de Magia y Hechicería de Hogwarts. La decoración del aula de pociones es exactamente lo que había imaginado al leer los libros siendo una niña y, viendo las caras del resto del grupo, puedo apostar a que todos se sentían igual que yo.
Disfrutamos de la sensación de sentirnos protagonistas de una de nuestras sagas favoritas durante unos segundos más y, recuperados del shock, nos pusimos manos a la obra y comenzamos a registrar la sala. Nada más empezar, un par de jugadores identificaron un juego de esos de “pensar de toda la vida”, pero después de llevar 5-10 minutos con él no eran capaces de resolverlo y decidimos probar con otras personas, a ver si aportaban un nuevo enfoque. Finalmente, a los 20 minutos, aproximadamente, lograron resolverlo. Los aplausos que recibieron eran más que merecidos.
Por otro lado, las personas encargadas de registrar la sala no estábamos teniendo mucha mejor suerte. La ambientación de la sala es tan realista que nos costaba diferenciar los elementos decorativos de aquellos que tenían una utilidad real en el juego por lo que durante los primeros 20 minutos nos dedicamos a dar vueltas, resolver algún juego sencillo… y poco más.
Si pienso en el resto de salas que he hecho hasta el día de hoy, diría que es con diferencia la sala en la que más nos ha costado arrancar por lo que, aunque no nos guste pedir pistas al inicio del juego, no nos quedó más remedio que improvisar un pequeño baile y pedir ayuda a nuestro Game Master. A partir de ese momento, cogimos un poco más de ritmo, abrimos algunos candados y empezamos a identificar los elementos de la sala con los que tendríamos que interactuar.
En general, se trata de una sala de corte tradicional y juegos mentales que recomendaría para jugadores con cierta experiencia ya que la dificultad de los mismos es media/alta (en muchas ocasiones teníamos la respuesta delante de nosotros y no éramos capaces de interpretarla o entenderla para dar el siguiente paso).
¿Lo conseguimos?
Gracias a que el aula de pociones no encerraba un número muy elevado de enigmas dentro de ella, conseguimos romper el hechizo de la puerta y salir con casi 9 minutos de sobra. ¡Ya os adelanto que Alohomora no os salvará de ésta, pequeños magos!
Nos gustó mucho la parte final de la experiencia, ya que nuestro Game Master nos contó curiosidades de la sala relacionadas con los libros de Harry Potter y nos hicimos una foto de grupo chulísima.
Valoración y puntuaciones
- A destacar: La ambientación de la sala: justo lo que cualquier fan esperaría encontrar.
- A mejorar: Quizá teníamos un mal día pero no logramos “conectar” con los juegos de la sala ya que nos parecían poco intuitivos. Aunque el Game Master nos explicó la lógica de algunos de ellos al acabar, nos seguían pareciendo un poco rebuscados (más aun teniendo en cuenta la temática de la sala y el público que puede acudir a ella).
Opiniones de otros jugadores: TripAdvisor
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