Una bomba tecnológica de última generación y dos cajas de armamento militar para impedir su detonación en apenas noventa minutos. ¿Aceptas la misión como agente Boom Escape?
Nombre de la empresa: Cubick
Nombre de la sala: Boom Escape
Número de jugadores: 2-12 personas (con opción a combate)
Precio: 50-156€ por sala (en función del número de jugadores)
Duración: 90 minutos
Habían pasado más de seis meses desde la última vez que estuvimos en Cubick disfrutando de la que, a día de hoy, sigue siendo nuestra sala favorita de la capital. Sí, estamos hablando de La Entrevista, una experiencia que, como sabréis si habéis tenido la oportunidad de probarla, no deja indiferente a ninguno de sus jugadores.
Con tan buena reputación a sus espaldas, no podíamos evitar preguntarnos qué nos tendrían preparado esta vez con su nuevo juego. ¿Serían cacapes de sorprendernos una vez más? ¡Tendríamos que convertirnos en agentes Boom Escape para averiguarlo!
La reserva
En la página web encontraréis todo lo necesario para hacer efectiva vuestra reserva. Tan solo tendréis que seleccionar el día y la hora de vuestra partida, así como el número de jugadores, el cual podrá ampliarse hasta doce en modo combate. Además de todo ello, tendréis la oportunidad de elegir el nivel de dificultad de vuestra experiencia (recluta, guerrillero o mercenario), la cual radica, principalmente, en el número de pistas con las que contaréis dentro de la sala.
Nosotros nos decantamos por el nivel más difícil (from lost to the river) y, tras pagar los veinte euros a modo de señal, entramos a formar parte del grupo de agentes. ¡A por la bomba!
Local, historia y objetivo
El local se encuentra a pocos pasos de la estaciones de metro de Atocha (Línea 1) y Pacífico (Líneas 1 y 6). Se trata de una zona verde (y no porque haya árboles precisamente), por lo que os podréis ahorrar unos cuantos euros yendo en transporte público o en coche fuera del horario de pago. Nosotros llegamos con bastante margen de tiempo, así que tuvimos que esperar en la entrada hasta que diese la hora en punto para poder llamar al timbre. Es importante que estéis todos antes de hacerlo, pues en Cubick los juegos empiezan desde el mismo instante en que se abre la puerta. Tras una lenta cuenta atrás, por fin apretamos el botón. Segundos después nos recibió nuestro superior (nos hizo llamarle señor tantas veces que soy incapaz de recordar su nombre), quien no tardó ni medio minuto en ponernos contra la pared y leernos a todos la cartilla. ¡Cómo nos gusta la teatralización desde el principio!
Sin salirse de su papel, señor nos explicó las normas básicas de la sala, haciendo especial hincapié en que lo que íbamos a experimentar a continuación sería ligeramente diferente a cualquier otra sala de escape. No tendríamos que rebuscar por la habitación, tampoco volvernos locos tratando de encontrar la solución a los enigmas a nuestro alrededor. Todo, absolutamente TODO, lo que necesitaríamos para desactivar la bomba lo tendríamos al alcance de nuestras manos, concretamente en el interior de dos cajas de armamento militar. ¿Noventa minutos de juego y solo un par de cajas? ¿Qué eran, el bolsillo de Doraemon de la Guerra Civil?
Tras hacernos entrega de un walkie-talkie para comunicarnos dentro de la sala, señor nos acompañó al interior de una pequeña habitación ambientada acorde a la temática del juego donde, por medio de un vídeo explicativo, recibimos información más detallada sobre nuestra misión: una bomba tecnológica de última generación estaba a punto de estallar, quedaban solamente noventa minutos para que nosotros, como auténticos agentes Boom Escape, consiguiésemos desactivarla completando cada una de las pruebas a las que seríamos sometidos.
Ambientación y juegos
Como era de esperar en una experiencia donde lo realmente importante son los enigmas, la ambientación no juega un papel protagonista en esta sala. No encontramos ningún elemento decorativo que nos llamase especialmente la atención, pero tanto la escenografía, como las luces y el sonido ambiental, ayudaban a meternos en el papel y creer que realmente nos encontrábamos en mitad de un campamento militar con una misión de vida o muerte de por medio.
Enseguida vimos las cajas y, sin perder ni un solo segundo, nos colocamos alrededor de la mesa dispuestos a empezar a tirar del hilo. No tardamos mucho en resolver los primeros enigmas, en los que el trabajo en equipo fue nuestro mejor aliado. Sin embargo, poco después nos vimos en problemas. No estábamos acostumbrados a una dinámica de juego como aquella, por lo que inevitablemente sucumbimos a nuestro instinto escapista y comenzamos a buscar alrededor de la sala. ¡Meeeec! Error. Menos mal que ahí estaba señor para darnos un cogotazo y recordarnos que solo teníamos que prestar atención a las cajas.
Concienzados sobre el asunto, nos centramos de nuevo en lo que íbamos encontrando dentro de ellas. También en lo que la propia bomba nos iba marcando que hiciéramos. Porque sí, la bomba es un jugador más al que tendréis que hacer caso con pelos y señales si queréis acabar la misión con éxito. ¡Ya nos habían dicho que era inteligente, pero no imaginábamos que tanto! Algo tuvimos que hacer bien después de aquello, porque de repente pasamos de no tener nada a contar con tanta información sobre la mesa como pelos en el sobaco tiene Chewbacca.
En cuanto al sistema de pistas, dentro de la sala encontraréis un panel electrónico (con sus correspondientes instrucciones de uso) para que vosotros mismos os lo guiséis y os lo comáis sin ayuda de nadie. El límite de pistas vendrá determinado por la dificultad que hayáis escogido al hacer la reserva, así que pensadlo bien antes de hacer uso del panel. Aún así, estamos seguros de que señor, con la gracia que le caracteriza, no dudará en echaros un cable vía walkie llegado el caso. ¡Menudas risas nos echamos escuchando sus comentarios!
En defintiva, Boom Escape es una sala en la que el trabajo en equipo es fundamental. No os confiéis en ningún momento, hora y media parece tiempo más que suficiente para desactivar la bomba, pero hay muchos juegos y un enigma final en el que la tensión por terminar a tiempo puede jugaros una mala pasada. ¡Sangre fría, nervios calmados y comunicación! ¡Mucha comunicación!
¿Lo conseguimos?
Fuimos entrenados en Guantánamo, así que estábamos curtidos en cuanto a situaciones de estrés se refería. Gracias a ello, conseguimos desactivar la bomba a falta de unos quince minutos y salir de allí como unos auténticos agentes Boom Escape. Al terminar, estuvimos hablando con nuestro Game Master (ya nos dejaba llamarle por su nombre) para comentar la partida y echarnos unas risas sobre algunos de los momentos que habíamos vivido en aquel campamento. Acto seguido, nos hizo la foto de rigor, una fotografía que esconde más secretos de los que parece a simple vista...
Por último, antes de marcharnos nos estuvo enseñando la otra sala clónica, la cual cuenta con una ventana que conecta directamente con su sala gemela. De este modo, ambos grupos pueden verse jugar a través de ella aumentando la tensión por ver quién termina antes la misión. ¡La diversión está asegurada!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: El concepto tan original del juego, es la primera vez que experimentamos una sala en la que todo se esconde en un par de cajas. La dinámica y alta jugabilidad de la sala, aunque se rige por unos patrones de actuación muy claros, en ningún momento se hacen repetitivos. ¡Hay juegos suficientes para que todos estén trabajando a la vez en ellos!
- A mejorar: Quizá se podría dar una vuelta al modo en que se utiliza el sistema de pistas, la forma en que están integradas las instrucciones en la sala puede llevar a confusión con respecto a los enigmas a resolver, llegando a creer que forman parte de ellos.
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