Una obra de teatro abocada al fracaso y doce sospechosos con motivos más que suficientes para acabar con la vida de Claudia Sheridan. Un juego en vivo al más puro estilo Cluedo en el que tú serás uno de los protagonistas.
Nombre de la empresa: Action House
Nombre del evento: Lío en Broadway
Número de jugadores: Hasta completar grupos de 12 personas
Precio: 35€ por jugador
Duración: 140 minutos
Hoy queremos hacer un alto en el camino para hablaros de algo un tanto diferente a lo que estamos acostumbrados y que, a decir verdad, poco tiene que ver con un Escape Room. Nos referimos al evento especial que los chicos de Action House anunciaron hace unos días en su página web: Lío en Broadway.
Se trata de un juego en vivo en el que cada uno de los participantes forman parte activa de la historia desarrollando un papel asignado días previos a la partida. Nunca habíamos hecho algo así, pero viniendo de Action House estábamos seguros de que sería todo un éxito, por lo que no dudamos en reservar nuestra plaza en el evento. ¡A por nuestra primera vez en un juego de Roleplaying!
La reserva
Como en el caso de cualquiera de sus otros juegos, la reserva la hicimos a través de su página web, donde fue necesario abonar la cantidad total en función del número de jugadores que íbamos a ser. Sin embargo, esta vez el número de plazas era limitado, por lo que tuvimos que darnos prisa si queríamos conseguir nuestro hueco en Lío en Broadway. ¡Más de la mitad de las entradas volaron en cuestión de horas!
Días después de hacer la reserva, recibimos por correo un cuestionario que debíamos contestar de formar individual en el que se hacía mención a ciertos rasgos de personalidad. De esta forma, y en base a nuestras respuestas, podrían asignarnos el papel que mejor se adaptase a nuestra forma de ser. ¡Todo un detalle!
Una vez que todos los participantes enviaron sus respuestas, nos llegó la ansiada ficha del personaje que nos tocaría interpretar a cada uno de nosotros junto con información relevante (y muuuy interesante) que necesitaríamos durante el desarrollo del juego. ¡Qué difícil fue guardar el secreto hasta la noche del evento!
Local, historia y objetivo
Como os hemos dicho en otras ocasiones, el local se encuentra cerca del barrio de Prosperidad (metro más cercano: Cruz del Rayo –Línea 9). Por cuestiones de agenda (que suena como muy importante), María y yo no pudimos ir a la misma sesión. En mi caso, aprovechando que mis amigos no viven muy lejos del local, aparqué cerca de su casa y desde allí fuimos andando. Tendríais que haber visto cómo nos miraba todo el que se cruzaba con nosotros por el camino, y es que otro aspecto divertido de este tipo de juegos es que tienes que ir vestido acorde a la época del evento, en nuestro caso 1957. De hecho, lo pasamos realmente bien buscando el traje acorde a cada personaje... ¡Lo que dieron de sí los selfies de ascensor, señores!
Llegamos unos quince minutos antes de la hora acordada y, tras llamar a la característica puerta morada, fuimos recibidos por el mayordomo, quien muy amablemente nos indicó que podíamos esperar en el bar de enfrente a que llegase el resto de jugadores. Allí fue donde conocimos a los integrantes de Escapar, quiero escapar y sus amigos. ¿Os podéis imaginar por qué supimos que también venían al evento, no? Exacto, las pintas que llevaban eran inconfundibles.
Cuando por fin estuvimos todos, el mayordomo vino a recogernos y nos unimos a los últimos participantes de la noche, los chicos de Escape adictos. ¡Lío en Broadway se había convertido en una reunión improvisada de blogueros!
A partir de ese momento, fuimos entrando de forma escalonada en función del orden de llegada. Una vez dentro se nos hizo entrega, entre otras cosas, de una ficha identificativa en relación a nuestro personaje, información complementaria sobre el mismo y los objetivos que, de manera individual, deberíamos cumplir esa noche. Objetivos que, como comprenderéis, no podremos desvelar, pero que os aseguro que no eran moco de pavo...
Fue toda una suerte entrar de los primeros, pues mientras el resto de jugadores hacían su entrada estelar, pude aprovechar para hacer buen uso de los snacks y bebida que pusieron a nuestro alcance. Porque sí, mucho 1957 pero había Doritos y Boca Bits por un tubo, lo cual agradecimos enormemente, todo sea dicho.
Una vez que estuvimos todos de vuelta en el salón, fuimos testigos de los últimos detalles que conformaban la historia de la noche: nos encontrábamos en Nueva York, en la fiesta final de temporada de Cotton Nights, una comedia romántica protagonizada por la insufrible y extravagante Claudia Sheridan. Muchas son las personas que querrían verla muerta, desde el director de la obra hasta su cada vez más desesperada secretaria... Personas que, casualmente, han acabado reunidas en la misma cena. ¿Será el final definitivo de Claudia Sheridan? ¿Podrán los doce asistentes a la fiesta disimular las ganas de acabar con su vida? ¡Qué comience el juego!
Ambientación y juegos
Aunque ya conocíamos parte del local donde tienen lugar los juegos de Action House, con Lío en Broadway tuvimos total libertad para movernos por el resto de habitaciones de la casa como si estuviésemos en la nuestra propia. Sabíamos que la ambientación era uno de los puntos fuertes de esta empresa, pero lo que encontramos al investigar las salas que no habíamos tenido oportunidad de ver con anterioridad fue para quitarse el sombrero (y esa noche había muchos, os lo aseguro). ¡Gracias, H&M, la parte masculina de la noche os estaremos eternamente agradecidos!
La música de época, el decorado e incluso la actuación de los propios Game Master (quienes, por supuesto, tenían su papel dentro del juego) eran como piezas de un complejo puzzle que encajaban a la perfección para asegurarnos una inmersión insuperable. La mayoría de los jugadores éramos vírgenes en todo esto del Roleplaying, pero gracias al trabajazo de los chicos de Action House pronto supimos meternos en la piel de nuestro personaje (al menos todo lo bien que lo haría un novato).
Desde ese preciso instante se acabaron los amigos, todos pasamos a ser sospechosos y sabíamos que nuestros secretos no estarían a salvo a menos que nos cubriésemos las espaldas. Las alianzas y las traiciones empezaron a llover como si no hubiera un mañana y, entre apagón y apagón de luz, no tardamos demasiado en descubrir que nadie estaba a salvo entre las paredes de esa casa.
Tampoco faltaron los interrogatorios por parte del magnífico inspector de policía, ni (por supuesto) las risas con el mayordomo, al que en más de una ocasión se le vio el plumero, por no hablar de la desternillante actuación de Claudia Sheridan. ¡Casi la mato de verdad! Fue divertido ver cómo nos sacaba de quicio a todos, poniendo en peligro nuestros secretos o echándonos en cara sucesos del pasado. ¡Con ganas me quedé de decirle que tenía rostro de hombre!
Durante más de dos horas de juego (de hecho fueron casi cuatro... sí, se nos fue de las manos, pero es que fue tan divertido que nos habríamos pasado la noche entera allí), los doce participantes deambulamos por la casa tratando de conseguir nuestros objetivos personales al mismo tiempo que disfrutábamos de cada giro de guión que tenía lugar prácticamente minuto a minuto. ¡Pero qué locura es esta! Y es que cuando la historia depende de cada jugador todo puede pasar, hasta encontrarte a alguien rezando en árabe a los pies de una cama.
Finalmente, alentados por el inspector de policía, llevamos a cabo la mesa redonda de acusaciones donde, por fin, descubriríamos todos los trapos sucios que todavía quedaban por salir a la luz. No sé si Agatha Christie estaría orgullosa de nosotros, pero desde luego que nosotros lo estábamos y mucho, porque aunque no consiguiésemos resolver la cuestión principal de la noche, habíamos hecho una actuación más que digna para los teatros de Broadway. ¡Gracias a todos por una velada tan inolvidable!
¿Lo conseguimos?
En este caso, como ya os he comentado, no existía un único objetivo en común, sino que cada jugador tenía los suyos propios. María, quien disfrutó de Lío en Broadway al día siguiente a mi partida, tuvo algo más de suerte que yo. Por mi parte confieso que fui un poco paquete y no conseguí gran cosa, pero disfruté como nunca despistando al resto de jugadores y haciendo alguna que otra travesura que no os puedo contar por aquí... Estamos seguros de que habrá futuras ediciones, de este o de cualquier otro juego en vivo similar, y no querría estropearos la sorpresa.
De lo que sí estamos seguros es de que volveremos a repetir la experiencia, esta vez sin el papel de novatos a nuestra espalda, por lo que disfrutaremos aún más si cabe de un juego en vivo tan increíblemente bien pensado y elaborado como Lío en Broadway.
Y recordad, si tenéis oportunidad de participar en un evento de este calibre, no seáis tímidos. Atreveos a cotillearlo todo, espiad, escuchad tras puertas y paredes, dejad que os invada el espíritu de la vieja del visillo... ¡Todo vale!
Valoración y puntuaciones
- A destacar: Ambientación inmejorable e inmersión completa (durante el tiempo que dura la experiencia te olvidas por completo de quién eres y qué hay más allá de esa misteriosa puerta morada), la gran actuación de los Game Master (todavía no sé cómo son capaces de sorprendernos cada vez que visitamos Action House, siempre se superan), la solidez del guión y la historia (no tiene que ser nada fácil organizar el juego de doce personas para que todo salga según lo esperado y mucho menos adaptarse a las acciones y decisiones de cada jugador).
- A mejorar: Quizá algunos objetivos eran realmente difíciles de conseguir, al fin y al cabo varios de ellos dependían de otras personas por lo que si, llevados por su personaje, no daban su brazo a torcer, no había más qué hacer en ese aspecto (aunque aquí siempre entra en juego la creatividad de cada uno). Por otro lado, y hablo en favor de los novatos absolutos como nosotros en esto de los juegos de rol, no habría estado mal haber recibido algo más de información sobre qué se esperaba de nosotros en un evento de este tipo, algo así como un manual de instrucciones para dummies. Por último, y aunque sabemos que fue por motivos ajenos a la organización, habría sido útil hacernos llegar con más tiempo el personaje asignado, sobre todo para evitar los posteriores problemas de vestuario y los cambios de sexo de última hora.
Llegado a este punto, y puesto que lo divertido de un juego en vivo es que cada partida es diferente a la anterior, creemos que sería injusto (y poco fiable) asignar una puntuación numérica a cada una de las categorías en las que nos centramos normalmente. Lo que sí os podemos decir es que, amantes de los Escape Rooms o no, deberíais experimentar algo así al menos una vez en vuestra vida.
¡Y qué mejor manera que hacerlo que de la mano de Action House, los reyes del Roleplaying en la capital!
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Datos de contacto:
Calle Luis Vives 6. 28002 Madrid
640 25 24 45
info@actionhouse.es
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